El hábito de la lectura enfrenta desafíos frente al consumo de contenidos digitales ante el cual el fortalecimiento, la persistencia y las políticas públicas resultan necesarias para mantener vigente esta cultura.
El cercado fuerte al final de la llanura
vivió inéditas actividades paralelas para incentivar la lectura, en un contexto
donde, según datos del 2023, solo el 35 por ciento de la población adulta del
municipio lee al menos un libro al año. El préstamo de libros en bibliotecas
públicas no supera los 1500 ejemplares mensuales, mientras la compra de libros
por persona es una de las más bajas de la región. En este contexto, se
realizaron iniciativas como las del Día del Libro Infantil, donde, por
separado, la Secretaría de Cultura y Juventud convocó estudiantes que
recibieron talleres de creación literaria y pictogramas, mientras que gestores
culturales hicieron lo propio procurando captar a ciudadanos transeúntes.
LA RED DE BIBLIOTECAS ESTÁ EN FUNCIONAMIENTO
La cartera competente en este tema que
está a cargo de Diego Andrés Zuleta Pinzón realizó en simultanea y en rotación,
actividades con alumnos de la Institución Educativa Municipal (IEM) La
Arboleda, integrantes de la Banda Marcial.
El Observador Siglo XXI logró evidenciar,
en medio de la celebración del Día del Libro Infantil, el normal funcionamiento
de la red de bibliotecas públicas de Facatativá a través de tres momentos clave
en los que se desarrollaron actividades diferentes y de los que los
participantes expresaron agrado.
En la sala infantil de la biblioteca de la
Casa de la Cultura Abelardo Forero Benavides, estudiantes de sexto a onceavo
grado, integrantes de la banda marcial La Arboleda, participaron en la creación
de un cuento sobre música. Los jóvenes identificaron como principal dificultad
la falta de ideas, un problema común en procesos creativos según estudios de la
Universidad Nacional de Colombia. Además, reconocieron su dificultad de
expresarse en público.
Entre tanto, en la sala general de la
misma biblioteca, la otra mitad de la Banda recibió un taller de pictogramas
inspirados en el Parque Arqueológico de Facatativá. Los participantes recrearon
pinturas rupestres usando técnicas con café, una metodología que, según la
Biblioteca Nacional, fomenta la conexión entre patrimonio cultural y lectura.
Sin embargo, algunos estudiantes mencionaron dificultades para nombrar sus
obras, reflejando desafíos en la expresión escrita.
Mientras sucedía lo anterior, en la
Biblioteca Municipal hubo una dinámica dirigida por la pedagoga y escritora
local Clara Sierra, quien promovió la creación de obras literarias "a
tamaño regular". Los asistentes destacaron su elocuencia y metodología creativa.
Aunque fue la baja asistencia (siete usuarios) se reveló un desafío recurrente:
según datos de la Alcaldía, solo el 10 por ciento de los facatativeños visita
bibliotecas regularmente.
GESTORES INDEPENDIENTES HACEN SU APORTE
En paralelo, diferentes gestores y jóvenes
acudieron la plazoleta ubicada a las afueras de la Biblioteca Municipal donde,
micrófono en mano, se dio lectura a poemas de diferentes autores.
Allí, el escritor Eduard Loaiza denunció
en entrevista exclusiva un abandono histórico de la red municipal de
bibliotecas: "Durante varios periodos administrativos, no hubo interés por
parte de los mandatarios locales". Loaiza señaló que, pese a esto,
iniciativas como la lectura al aire libre buscan visibilizar el problema y
presionar por cambios.
Sin embargo, este escritor destacó la
gestión de la exfuncionaria Karen Rodríguez, Loaiza a la cual calificó como
"idónea y creativa", destacando su capacidad para posicionar
programas reconocidos incluso a nivel internacional. Sin embargo, criticó la
falta de continuidad: "Exigimos su reintegro y políticas claras para
fortalecer la lectura".
Loaiza cerró entrevista cerró con un
llamado a la acción: "Si la biblioteca está fortalecida, tendremos una
sociedad más consolidada", afirmó Loaiza, vinculando la lectoescritura con
el desarrollo social.
ESFUERZOS DIVERGENTES
Mientras la institucionalidad enfrenta
desafíos —como el bajo presupuesto para bibliotecas, según un informe de la
Contraloría de Cundinamarca—, gestores independientes llenan vacíos con
talleres y actividades culturales. Por ejemplo, la pedagoga de la
"Actividad 1" combinó arte y literatura sin apoyo estructural, y
Loaiza organizó eventos sin recursos públicos.
Este contraste refleja una realidad
nacional que en Facatativá puede ser superada. En Medellín, la articulación
entre colectivos y la Red de Bibliotecas logró aumentar un 40 por ciento la
asistencia a estos espacios, según la Universidad de Antioquia.
Expertos como María López, docente de la
Universidad Pedagógica Nacional, sugieren que "la solución está en
alianzas público-privadas con metas claras, como en Bogotá, donde el Plan
Distrital de Lectura integra a escritores locales en programas escolares".
LA ARTICULACIÓN ES POSIBLE
Para superar esto, se tiene como
alternativa desde el Ministerio de Cultura la recomendación de trazar planes
municipales de lectura con presupuestos específicos, siguiendo el modelo de
Bucaramanga, donde se duplicaron los préstamos bibliotecarios en tres años.
Además, para la articulación se tiene como
ejemplo la experiencia de Cali, que muestra que mesas de trabajo entre gestores
y funcionarios mejoran la sostenibilidad de proyectos.
Finalmente, en el componente de Formación,
una opción podría ser el incluir talleres de mediación lectora para docentes,
como propone la Universidad Nacional, con lo cual se haría realidad mitigar
falencias creativas identificadas en los estudiantes.
En Nuestra Casa, la lectura pende de un
hilo, pero no hay extinción de actores que permitan que el hábito lector
desaparezca. Ejemplos locales y nacionales demuestran que la colaboración es
clave para tejer soluciones.
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