Por decimo octava ocasión, se realizó el Festival de Música Andina Colombiana “Aicardo Muñoz Vargas” un encuentro artístico que rememora la contribución de este facatativeño en la interpretación del tiple en grupos de cámara.
La redacción de Cali del diario El
Tiempo reportaba en junio de 1994 que la música andina colombiana se renovaba
en la Plaza Central y en los auditorios de Ginebra, Valle del Cauca, con
ocasión de Vigésimo Festival del Mono Núñez, cuyo jurado calificador estaba
integrado por, entre otros el maestro Aicardo Muñoz Vargas, el propietario de
una farmacia veterinaria en el cercado fuerte al final de la llanura que
estudió música en la Academia José A. Calvo por las noches y se convirtió en
referente de los ritmos de la región central del país.
UN LEGADO PARA LA MÚSICA ANDINA
Y no era para menos pues, por su
cátedra, a través de sus alumnos, obtuvo varias veces el primer puesto en
concursos del Festival del “Mono Núñez” y un primer lugar en el Festival de
Tríos en el municipio de Villeta, representando a Facatativá, lo que lo
convirtió en “uno de los más grandes insignes cultores de la Música Andina
Colombiana, quien se ha destacado por ser arreglista, intérprete y pedagogo
musical” según describen los considerandos del Acuerdo 002 de 1999, mediante el
cual se creó el Festival que lleva su nombre y cuya más reciente versión se realizó
el pasado viernes, noviembre 11.
Según una investigación de 2019 para
optar por el título de licenciatura en música, hecha por Wilson Ramiro Sierra
Cuervo y presentada a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Pedagógica
Nacional, el maestro Aicardo Muñoz es un tiplista inédito, con una gran
importancia en la música andina colombiana.
De hecho, hay una composición para tiple
solista de Bambuco titulada “Aicardo” del maestro Luis Carlos Saboya, quien
relató que “a pesar de que yo no estuve cerca de él, no tuve tanto encuentros
directos ni fui alumno de él, si lo considero un personaje muy importante para
el tiple y para mí como intérprete, un referente muy importante. Entonces yo
quise hacerle un pequeño homenaje con este bambuco al maestro, también porque
he sabido, por charlas que he tenido con alumnos de él, con colegas músicos y
mi propia percepción es que además de esa grandeza que tenía como pedagogo y
como tiplista, también en lo personal era una persona muy importante que
irradiaba una energía muy especial en ese sentido”.
Una de las conclusiones de la
investigación, apunta a que desde su aporte al interpretar el tiple “fue, desde
Bogotá, pionero de unos cambios de estilo que se venían realizando
paralelamente en otras ciudades del país y que derivaron en la transformación
del rol del tiplista de un grupo de cámara. En su trabajo con Joyel la forma en
que el tiple se movía en el formato con respecto a los demás instrumentos
cambió ampliamente e inauguró una nueva actitud del tiplista frente a la música
de cámara, siendo de los primeros tiplistas que reunía una serie de competencias
como intérprete conocedor de las posibilidades del instrumento, pero también
conocedor desde la parte académica musical”.
El maestro Aicardo reveló en 2007 mediante
una entrevista concedida al periódico “Facatativá Para Todos” que era el tiple
el instrumento que más le gustaba, debido a que “es un instrumento melancólico
y de gran variedad de interpretación”.
DE UN PUEBLO DESCONOCIDO A LA FAMA
En esa misma entrevista, Muñoz recordó
que nació en San José de Pare, un municipio de Boyacá “casi borrado del mapa”,
que actualmente cuenta con 5200 habitantes y se ubica en zona nororiental de
frontera con el Departamento de Santander, en donde se vivió la violencia del
siglo pasado, razón por la que Muñoz llegó a la capital de la provincia Sabana Occidente
de Cundinamarca, traído por su padre.
Después de realizar sus estudios en música,
le llegó una invitación para el Concurso Departamental de Tríos y posteriormente
otra para concurrir al Festival Nacional de Tríos. Ganó los dos certámenes. A
partir de ese momento le pidieron dirigir la escuela de formación artística
Estudiantina de Facatativá, la cual dirigió por más de 40 años.
A pesar de los achaques de la edad que
lo acompañaron durante sus últimos días y lo obligaban a abandonar por algunos
meses su trabajo, jamás pensó en retirarse de la música. El maestro Aicardo
Muñoz Vargas partió de este mundo con la satisfacción de poder representar al
país en diferentes escenarios del mundo como Venezuela, Ecuador, Panamá, Perú,
entre muchos otros lugares y en todos ellos, expresó, se sintió como un digno
exponente de nuestra música.
La secretaria de Cultura y Juventud del
municipio, Edna Liliana Yomayusa Martínez, destacó el componente internacional
que tuvo este año el festival de música folclórica, teniendo en cuenta el
alcance que tuvo la obra del maestro Aicardo y la estrecha relación que existe
entre las músicas autóctonas del cono sur de América.
En el siguiente video, la nota que hicimos del cubrimiento de la más reciente edición del festival musical folclórico del cercado fuerte al final de la llanura.
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