Segunda parte de este estudio cuyo
objetivo es facilitar la transformación de los sistemas de salud, en su mayoría
fragmentados y con enfoque biomédico para una atención individual y episódica
de enfermedades hacia
sistemas con un enfoque social adaptativo complejo, con las personas y las
comunidades como sujetos principales y protagónicos del cuidado.
Este documento de posicionamiento del grupo de trabajo latinoamericano de la Fundación Internacional para los Cuidados Integrados (IFIC, por su sigla en inglés) fundamenta por qué los servicios integrados no solo deben estar centrados en las personas, sino también en las comunidades.
A través de líneas de acción basadas en
nueve pilares de los cuidados integrados, convoca a fortalecer la comunicación
y la cooperación de diversos actores de América Latina, incluidas redes académicas
y gestores, proveedores de salud y la sociedad civil.
AMÉRICA LATINA Y SUS SISTEMAS DE SALUD (I)
Los sistemas sanitarios existentes en la
Región, caracterizados por su segmentación y fragmentación, son resultado de una
construcción sociohistórica, ligada a procesos políticos, económicos y
socioculturales. Por ende, son expresión de los modelos de desarrollo, los
paradigmas ideológicos imperantes y de los diferentes arreglos organizacionales
a nivel de concepción del modelo de atención, del modelo de aseguramiento, de la
definición de la estructura y las fuentes de financiamiento del sistema, entre
otros. En este marco, los sistemas de salud en la Región han experimentado
varias transformaciones continuas, producto de procesos sociopolíticos
complejos.
Desde la publicación del Informe sobre
la salud en el mundo 2010, la Organización Mundial de la salud (OMS) propuso el
concepto de cobertura sanitaria universal (CUS), ratificado por la asamblea de
la Organización de las Naciones Unidas en el año 2012. En paralelo, en las
Américas se debatió sobre cómo dar una lectura regional a la CUS, lo que se
tradujo en una negociación política y técnica, entre visiones centradas en el
papel del mercado en el ámbito de la salud y las que colocan el acento en el
rol del estado en la garantía de derechos en salud a través del asegurar el
acceso universal, y se concuerda en que el concepto de cobertura es necesario,
pero no suficiente, y se establece como consenso la resolución de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), sobre acceso y cobertura universal
a la salud.
En el año 2016, la OMS, en línea con la
aplicación de la cobertura universal, promovió cambios en la prestación de
servicios con el fin de que se transformaran en servicios integrados centrados
en las personas. Esta propuesta es concebida como un elemento clave para
sistemas de salud robustos y resilientes, al poner a las personas y no a las
enfermedades en el centro de los sistemas de salud, al tomar en consideración
las condiciones, estructuras sociales y estilos de vida que explican la salud
de los grupos y poblaciones y al dar capacidad a las personas para ser
partícipes en la construcción articulada de su propia salud, en lugar de asumir
un papel pasivo como receptores de servicios.
Este concepto enfatiza los derechos y
deberes de quienes hacen uso de ellos y señala que los sistemas de salud orientados
a las necesidades de las personas educan y empoderan a la población en salud
para facilitar su participación plena, son más costo-efectivos, equitativos,
resilientes y sostenibles, y están mejor preparados para responder a las crisis
de salud. Así como en América Latina se agregó el concepto de acceso al de
cobertura universal, también desde una lectura regional se propone que se
amplíe la definición de sistemas de salud integrados centrados en las personas,
con la incorporación de una mirada predominantemente comunitaria, poblacional y
territorial.
Lo inmediatamente anterior se fundamenta
por las particularidades sociales y políticas de la Región, por sus debates y
consensos en torno al derecho a la salud y la salud universal y a la mirada regional
de la declaración de Astaná, que generó una discusión global en torno a la
vigencia y pertinencia de la declaración de Alma Ata y que motivó la
constitución en las Américas de una comisión de alto nivel que revisitó el
sentido de la estrategia de la atención primaria a la salud a 40 años de dicha declaración.
Espere mañana, en nuestra siguiente entrega, la segunda parte de este apartado.
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