A pesar de que el llamado de la comunidad facatativeña de tener un comandante de Estación que no estuviera por algunos meses fue escuchado, la larga permanencia del Mayor Óscar Hernández se termina por los mismos resultados de sus antecesores.
Y es que a eso le apostaban muchos
líderes facatativeños, incluyendo el ex alcalde Pablo Malo García, quien fue el
que logró que en el cercado fuerte al final de la llenura se tuviera un
comandante de Estación de mayor duración y fue quien en noviembre de 2019
recibió al entonces Capitán Óscar Hernández.
Fue el 21 de noviembre de ese año cuando
presentó la primera prueba de fuego con la difícil ciudadanía facatativeña:
tuvo que afrontar la jornada nacional de protesta en la que los resultados fueron
la desprotección de la Alcaldía, que permitió a la postre que se perpetraran
los actos vandálicos que mostraron por televisión nacional un Palacio en
llamas.
EL 2020
El año pasado lo sorprendió, como a todos los
ciudadanos del mundo, con la llegada del coronavirus, ante lo cual se
decretaron medidas estrictas de aislamiento y cierre de locales comerciales que
poco le interesó hacer cumplir. A la fecha, no se ha informado oficialmente
cuántos comparendos por incumplir medidas de bioseguridad fueron impuestos
durante el asilamiento, y sólo se sabe de dos o tres lugares en donde sorprendió
a la ciudadanía violando el distanciamiento, sin tapabocas y de fiesta.
El 28 de agosto de 2020, el Mayor Óscar
Hernández salió en una noticia de El Observador Siglo XXI (EOSXXI). Se trataba
del cierre temporal y comparendo hecho a la Cancha de Tejo “El Ejecutivo” -cuyo
dueño afirmó darle dinero a la Policía y ésta en el operativo no dejó que fuera
evidenciado el procedimiento-, y el Mayor informaba los pormenores del suceso.
Lo que no quiso decir ni reconocer el oficial en cámara, fue que ese cierre se
hizo gracias a la alerta que desde este medio de comunicación se hizo y para lo
cual se tuvo que ir hasta la Estación porque no hubo respuesta desde el lugar,
ni acudieron otros dos uniformados en moto que fueron informados del desacato a
las órdenes.
Desde entonces, no volvió a contestar ni
mensajes ni llamadas de este medio periodístico, y el comportamiento de los
uniformados hacia el director de este sitio web ha sido displicente. El 7 de
diciembre denunció el robo de una cámara en el CAI Santa Rita a media noche,
pero el uniformado se aprovechó del estado de indefensión del periodista y lo
agredió físicamente en una de sus costillas. Meses después el periodista, en un
cruce del Barrio Santa Rita, casi es embestido por un vehículo a lo cual le
reclamó al conductor quien fue más agresivo y lo obligó a correr hasta el CAI;
el uniformado de ese día sólo tuvo palabras soeces para el comunicador.
También en medio de la pandemia, se
presentó una protesta de vendedores informales que reprendió con dureza y que
causó polémica en redes, pero una vez iniciada reactivación económica, que
había tenido ordenados de cierta forma a todos los municipios del país, volvió
el caos. Vendedores informales sin carné, invasión del espacio público de
ornamentadores y mecánicos, trabajadoras sexuales, consumo de alucinógenos en
los alrededores de la plaza de mercado y otras situaciones, se han agudizado,
tanto que impiden la capacidad de respuesta de la Policía, que cada vez refleja
menor capacidad para atender casos.
El 2021
Para este año, Otro de los recordados
escándalos del saliente comandante, se presentó durante el primer semestre de
este año, cuando se conocieron videos de reclusos de los calabozos de la Estación
en medio de una escena de pelea con uniformados bachilleres, a lo que el Mayor
Hernández sostuvo que se trataba de entrenamientos, pero no fundamento
legalmente la connivencia con esos actos.
Este año una de las infracciones más
reiterativas de la ciudadanía ha sido montar negocios sin el lleno de
requisitos legales, concretamente el uso de suelos, lo cual poco combatió
cuando tuvo la competencia de verificar ese requisito, que ahora es de los
inspectores, y mucho menos ha combatido el tema de horarios. Tanto así que,
alguna vez lo dijo el ex alcalde Malo y su secretario de Gobierno Diego Zuleta,
los horarios se establecen teniendo en cuenta la capacidad que la Policía tenga
para responder, más allá del comportamiento de la gente. Sin embargo, EOSXXI
evidenció que la Policía no estuvo en la Zona T al momento del cierre, el
primer finde semana siguiente de la firma del más reciente decreto que les
permite a algunos comerciantes trabajar hasta las dos de la mañana.
Y precisamente por “hacer cumplir eso”, es
que quizá lo relevan. Hace una semana Noticias Uno registro la noticia de que
el Mayor Hernández expresó su tirria frente a la comunidad LQTBIQ+ de manera
violenta, llegando incuso a generarle lesiones al comerciante afectado, quien
infringía el horario muy cerca de los “cafés con piernas” que funcionan cerca
del bar gay todas las noches hasta la madrugada, ni a varias bolirranas que se
le han indicado por parte de este medio de comunicación.
En la carrera primera, a varios
comerciantes se les hace raro que los uniformados de la Policía entran con
total confianza, consumen productos y se la pasan en tres locales comerciales
en donde funcionan agencias de empresas de transporte, las cuales fueron
favorecidas para trabajar 24 horas en el reciente decreto de horarios. Sólo
entran a esos tres locales, y son esos tres locales los únicos que trabajan las
24 horas, vendiendo pasajes y los productos que ofrecen, hasta pollo a la
broaster del que hace la mamá del director de este medio y lo que le mencionan
para intentar callarlo.
Queda también en la retina el
comportamiento del ESMAD en Cartagenita y Villa Alba, que fue dirigido por el
saliente comandante -dado que era el que pedía los refuerzos- y dentro de lo
que está la decisión de haber dejado desprotegido el Palacio de Justicia, tal
como sucedió con el Palacio de Gobierno en 2019. Además, están por conocerse los hechos ocurridos con las personas retenidas, a las cuales les han obligado a callar.
Para los facatativeños la seguridad no
es buena. En grupos de WhatsApp, tan sólo durante la semana pasada, se reportó
el hurto de por lo menos 4 motocicletas, pero también se han visto videos de
cómo ladrones entran a una residencia trepando a la ventana, actuando de manera
organizada. También está la muerte de Karen Adriana Rodríguez, que fue asesinada
en la madrugada, cuando hay nula presencia de uniformados haciendo vigilancia en
la Periferia Urbana -Chicó, Manablanca, Cartagenita-, que tiene una Sub Estación
de Policía destruida por cuenta de ciudadanos indignados.
En contraste, las capturas han sido de
individuos. Por porte de armas, por orden judicial, por violencia
intrafamiliar, por microtráfico, pero poco mejora la percepción de seguridad.
Los “grandes golpes” que se le propinaron a la delincuencia durante la
comandancia de Hernández, fueron a lo último, en medio del escándalo por la ola
de inseguridad, pero nada parecido a las redadas de sus antecesores.
En una medida, para algunos desesperada,
decidió “unir fuerzas” con los taxistas, para “tener más ojos” en el municipio,
pero hace pocas horas se conoció que los conductores que cogieron a un ladrón y
lo entregaron magullado a la Policía, ahora son víctimas de amenazas.
Con los medios de comunicación poco contó,
a excepción de Rodrigo Ávila -a quien la comunidad poco le cuenta ahora las
cosas- y, mediante emisarios, enviaba informes a otros medios, entre ellos
EOSXXI y sobre todo ahora último, para cuando pretendía evitar su inevitable
final en Facatativá.
Para algunos la oscuridad ya pasó, pero sólo será en seis meses, por lo menos, cuando se vea si el cambio en la comandancia de Policía del Mayor Óscar Hernández por el Mayor Manuel Andrés Gutiérrez, nuevo oficial al frente de la Estación, le dará al cercado fuerte al final de la llanura un panorama distinto frente a los seguros y tranquilos que se sientan los ciudadanos.
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