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Reforma a la Salud en Chile enfrenta una resistencia parecida a la que enfrenta la reforma en Colombia

A pesar de no ser un tema de la agenda bilateral que haya tratado el presidente Gustavo Petro con el presidente Gabriel Boric, tanto en Chile como en Colombia el 2023 es testigo de una reforma a la Salud.

Tras informar que un fallo judicial podría provocar el colapso del sector privado de la salud, la revista The Lancet reportó que para marzo se tiene contemplada tramitar en Chile una reforma en el Congreso, en donde los ánimos se encuentran prácticamente igual de caldeados que en Colombia.

UNA DIFERENCIA Y UNA COINCIDENCIA

El reporte de la revista indica que actualmente las Isapres, que son el nombre que reciben en el país austral las EPS de Colombia, se encuentran en una crisis “como resultado del aumento en el costo de la prestación del servicio, el congelamiento de precios a través de acciones legales y un rápido aumento en los reclamos de licencia por enfermedad desde COVID-19”.

Durante más de una década, los proveedores de salud privados de Chile, las Isapres, han estado en curso de colisión con el poder judicial del país, el cual le ha dado la victoria a los pacientes individuales para frenar los aumentos de precios.

En parte como respuesta a esta creciente marea de casos, el 30 de noviembre de 2022, la Corte Suprema de Chile dictaminó que las Isapres deben adherirse a una tabla de factores para minimizar la discriminación por edad y sexo. El fallo fue retroactivo y en aclaraciones posteriores, los jueces de la Corte Suprema dijeron que las Isapres deben devolver todos los cargos en exceso realizados a los pacientes desde abril de 2020. El monto exacto está por decidirse, pero algunas Isapres podrían adeudar hasta $ 1 mil millones. La implementación de la sentencia se retrasó 6 meses, dando a la Superintendencia de Salud ya las Isapres hasta el 30 de mayo para encontrar una solución.”, describe el periodista Mat Youkee como la realidad de estas entidades.

El fallo pone a Gabriel Boric, el presidente de izquierda de Chile, en una posición difícil al tener que decidir entre salvar a las Isapres del colapso con medidas como paquetes de financiamiento -lo cual sería impopular entre sus partidarios que lo comparan con rescatar a un banco-, o permitir que con el colapso 3.2 millones de pacientes de Isapres tendrían que ser absorbidos por Fonasa, el proveedor de atención médica pública.

Esto, según Jorge Fábrega, experto en políticas de la firma de investigación Pacífico Research, sobrecargaría el sector público, recortaría los salarios de los médicos -la mayoría trabaja tanto para el sector público como el privado- y posiblemente paralizaría a los proveedores privados de atención médica a los que se les debe 860 000 millones de pesos -$1 billón- por Fonasa e Isapres juntas. “Si las Isapres se retiran, veremos un efecto dominó entre las clínicas privadas de Chile”, dijo a The Lancet, agregando que “no es una teoría, es la realidad y Fonasa no tiene capacidad para atender a 3 millones de pacientes más”.

Por ahora, a pesar de que en Colombia han sido muchas las EPS que han sido liquidadas, actualmente no se presenta una crisis financiera dentro las mismas. Sin embargo, las EPS a hoy tienen una alta probabilidad de tener fin así como la Isapres.

Creo que hay un 65% de posibilidades de que las primeras Isapres quiebren en abril o mayo”, señaló a la revista Manuel Inostroza, ex jefe de la Superintendente de Salud chileno, mientras que en Colombia el gobierno ha dicho que las EPS deben transformarse y no deben administrar los recursos.

CAMBIO EN EL SISTEMA CHILENO

 “Mantener el mismo sistema después de rescatar a las Isapres es política y económicamente inviable”, dijo a The Lancet José Miguel Bernucci, secretario de la facultad de medicina de Chile, agregando que el gobierno y las Isapres “saben que el objetivo a largo plazo es crear un sistema de salud universal con las Isapres convertidas en proveedores de segundo nivel”.

El 23 de enero, la vocera del gobierno, Camila Vallejo, anunció que en marzo se presentaría a la legislatura una nueva ley de salud. “La prioridad del gobierno es la protección y apoyo a los pacientes [de las Isapres] y sus beneficios”, dijo.

En la reforma es probable que proponga que todos los chilenos paguen el 7 por ciento de su salario a un nuevo órgano estatal a cargo de la atención médica universal, con aquellos dispuestos y capaces de contribuir más para garantizar una mayor cobertura o tratamiento en privado. clínicas haciéndolo a través de Isapres. También se espera una regulación para mejorar la atención primaria y mejorar la rentabilidad de los tratamientos.

La intención de la reforma al sistema, según expresó durante la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año pasado la ministra de salud de Chile, María Begoña, es mejorar las condiciones de vida de la población con medidas desde otros sectores, relacionadas con las determinantes sociales de la salud recurriendo a diferentes programas.

Además, lograr una Atención Primaria en Salud basada en la prevención de la enfermedad, la creación del Fondo Universal de Salud (FUS) que actuará como un administrador único de los recursos a través de la universalización de la cobertura del Fonasa a todas las personas que residan en el país y adoptar un Régimen General de Cobertura en Salud que sería administrado por el FUS con un nuevo plan de beneficios; este plan asegurará “copago cero” en prestaciones y medicamentos en la red pública, además de un tope máximo de gasto anual en salud para la población.

Por otra parte, se hará regulación del sector privado de salud prohibiendo la integración vertical entre clínicas y aseguradoras privadas, con el fin de proteger los derechos de las personas y controlar el abuso para fortalecer la regulación de los seguros complementarios de salud.

Finalmente, la salud mental se tendrá como prioridad y se subirá del 2.5 por ciento del presupuesto destinado a la Salud, al 6 por ciento, cumpliendo así lo recomendado por la OMS, y se gestionará la Ley de salud mental integral, que potenciará el desarrollo de una red organizada en el modelo comunitario de salud mental, asegurando un adecuado financiamiento.

UN AMBIENTE TURBIO

Sin embargo, el reportero de The Lancet describe que será difícil que el gobierno de Boric consiga los votos necesarios en un congreso dividido, lo cual es una situación que no se presenta en Colombia en donde hay otros matices que dificultan el trámite de la reforma del gobierno de Petro.

 Muchos en la derecha política de Chile están ideológicamente casados con el “derecho a elegir” en el cuidado de la salud mientras que la izquierda de la coalición gobernante cree que puede aprovechar la crisis para avanzar rápidamente hacia la cobertura universal de salud, según

Hay un sector en el gobierno que quiere que las Isapres quiebren y que los pacientes ingresen a Fonasa, creando un sistema de salud universal de facto”, dijo a el ex superintendente Inostroza The Lancet.

El gobierno tendrá que moverse rápidamente para encontrar un consenso antes de la fecha límite del 30 de mayo de la Corte Suprema. “Creo que el gobierno está paralizado y esto les hace el juego a los que quieren ver caer a las Isapres”, dice Inostroza.

Entre tanto, en Colombia a pesar de que el gobierno cuenta con las mayorías, la derecha y las EPS también ha iniciado un lobby mediático para persuadir de los efectos negativos que tendía una reforma y el fin del modelo de aseguramiento, el cual es parecido al modelo chileno.

Sin embargo, desde algunos sectores de la coalición en el legislativo y al interior del gobierno se han lanzado criticas a la reforma. En la rama ejecutiva, han sido los ministros de Educación Alejandro Gaviria -que fue ministro de Salud en el gobierno de Juan Manuel Santos, y de Hacienda Augusto Ocampo -que fue ministro del mismo ramo en el gobierno de Ernesto Samper y fue testigo del actual sistema de Salud en sus inicios- quienes han dejado ver sus preocupaciones”

En el legislativo el más notable crítico ha sido el presidente de la Corporación, Roy Barreras, quien a través de diferentes medios de comunicación ha dejado ver sus desacuerdos y, a pesar de que no hayan otros congresistas que públicamente se hayan mostrado en la línea de Barreras, el hecho de ser el presidente le da influencia sobre algunos de sus compañeros que tal vez guardarían silencio al estar indecisos.

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