El pasado jueves, al presentarse un nuevo intento de suicidio en Ibagué, donde este tema ha sido caso de estudio, se daba a conocer un nuevo estudio al respecto que refleja el aumento de casos en la región.
El intento de suicidio ha sido una situación
recurrente en la capital musical de Colombia e incluso ha ameritado ser objeto
de un artículo científico. Actualmente las autoridades adelantan estrategias para
prevenir la ocurrencia de este tipo de hechos, mientras que el gremio de la
salud a nivel continental prende las alarmas y entrega recomendaciones.
NOTICIA EN LOS MEDIOS
Este jueves este diario reportó a través
de su fanpage en Facebook lo que fue considerado un acto heroico por el autor
del video, cuya identidad se desconoce. Uniformados de la Policía junto a
personas de civil intentaron con éxito, durante varios minutos, salvar la vida
de una joven mujer.
La persona rescatada pretendía lanzarse al
vacío desde el denominado Puente de La Vida, ubicado a las afueras de Ibagué,
Tolima, el cual ha sido objeto de vigilancia permanente debido al alto número
de suicidios que se venían presentando.
El suceso de este jueves trascendió a
medios nacionales, pero su el tema ya se había abordado localmente. El periódico
El Nuevo Día de la capital tolimense publicó el pasado febrero primero un
balance de gestión de la Secretaría de Salud, en donde se abordó esta problemática
que preocupa a las autoridades ibaguereñas.
“Las cifras se redujeron en un nivel
sustancial, toda vez que las tasas de incidencia suicida bajaron en un 2.14 %;
obviamente a uno le gustaría que el porcentaje fuera mucho menor, pero si
existe un paciente que nosotros logremos impactar, ello quiere decir que las
campañas están tendiendo sus efectos”, le aseguró al diario Martha Liliana
Ospina, jefe de la cartera de Salud de la capital musical de Colombia.
La funcionaria agregó que se cuenta con al menos ocho estrategias para mejorar la salud mental de los ibaguereños, buscando que más allá de dedicar esfuerzos por impedir el suicidio, se pueda atacar la causa del problema. Sin embargo, Ospina reconoció que sobre este asunto aún hay mucho camino por recorrer, al punto que ha sido tema de estudio para la ciencia en el país.
ANÁLISIS CIENTÍFICO EN IBAGUÉ
El estudio “El intento de suicidio en
Ibagué: el silencio de una voz de auxilio” de la magister en Salud Pública Luisa
Fernanda Alvis Ñungo, la magister en Enfermería Alejandra María Soto Morales y
el doctor en Epidemiologia Hugo Grisales Romero tuvo como objetivo caracterizar
demográficamente los pacientes con intento de suicidio en Ibagué en el periodo
2013-2014.
Los investigadores concluyeron que en Ibagué
el intento de suicidio se presenta principalmente en mujeres y los grupos
poblacionales más afectados son los adultos jóvenes y los adolescentes menores
de 19 años.
“Las mujeres presentan la conducta a
edades más tempranas, en relación con los hombres, y este patrón disminuye a
medida que aumenta la edad. El método utilizado con mayor frecuencia para
llevar a cabo el intento suicida es el no violento (intoxicación), que ha sido
documentado como de fácil acceso por toda la población. Las relaciones
interpersonales disfuncionales se identificaron como los principales eventos
vitales estresantes (disfunción con la pareja, los padres y los hermanos).”,
señala la publicación científica.
La investigación identifica que como
posibles desencadenantes la enfermedad mental se encuentran los antecedentes
familiares de depresión, el desempleo, el consumo de SPA, el aislamiento y los
problemas de salud.
“Un poco más de la mitad de las personas
que refirieron haber tenido intentos de suicidio previos al actual, expresaron
haberlos cometido en los últimos dos años. De aquellas que manifestaron haber
tenido dos o más intentos de suicidio previos, solo el 28,6 % recibieron
atención por psiquiatría en la crisis. Cuando el tiempo transcurrido entre el
intento y el final del estudio fue menos de cinco meses, la probabilidad de no
tener intentos fue del 94 %.”, indican los expertos en el estudio.
Finalmente, según las cifras hay diferencias
significativas para el tiempo en meses transcurridos entre el intento de
suicidio y la finalización del estudio, en quienes tenían enfermedad mental y
aquellos que no la padecían.
EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA
El artículo se titula “Factores
contextuales asociados con la mortalidad por suicidio a nivel de país en las
Américas, 2000-2019”, fue realizado por la Organización Panamericana de la
Salud (OPS) y socios, y publicado el pasado jueves en la revista científica The Lancet Regional Health –
Americas.
En la publicación se identificó que
mientras el homicidio y el consumo de alcohol y otras sustancias se asocian con
un aumento de la mortalidad por suicidio entre los hombres, la desigualdad
educativa fue el principal factor entre las mujeres. Para ambos sexos, el
desempleo se asoció con un aumento de la mortalidad por suicidio.
"Para prevenir el suicidio debemos ir
más allá de limitar el acceso a los métodos para cometerlo, de fortalecer las
habilidades socioemocionales y de mejorar el acceso a la atención de salud
mental", dijo el doctor Renato Oliveira e Souza, jefe de Salud Mental y
Uso de Sustancias de la OPS y uno de los autores del artículo, señalando que
además "debemos abordar los factores contextuales que afectan de forma
diferente a hombres y mujeres, lo que requiere un enfoque de toda la
sociedad".
Aumentar las oportunidades de empleo y
mejorar el acceso y la capacidad de los servicios de salud, incluidos los
relacionados con el consumo de sustancias, podría reducir las tasas de
mortalidad por suicidio. Potenciar las conexiones sociales en las zonas rurales
y poco pobladas es también una estrategia de prevención del suicidio
recomendada, comenta el documento.
Las Américas es la única región del mundo
donde la mortalidad por suicidio ha ido en aumento desde el año 2000. El 79 por
ciento de los suicidios en las Américas ocurren entre hombres, pero el suicidio
entre las mujeres también ha ido en aumento. En 2019 se produjeron más de
97.000 suicidios en la región. Uruguay, Estados Unidos, Canadá, Cuba, Guyana y
Guyana Francesa son los países con la más alta tasa de suicidios, mientras que
Venezuela, Colombia, México, Panamá, Perú son los de menor tasa.
El análisis publicado en The Lancet
también destaca que la tasa media de mortalidad por suicidio entre los varones
de la región disminuyó a medida que creció el gasto en salud per cápita,
mientras que la de las mujeres se redujo a medida que aumentó el número de
médicos empleados por cada 10.000 habitantes. Para ambos sexos, la tasa cayó a
medida que crecía la densidad de población moderada, una nota de advertencia
que subraya la necesidad de apoyar a las personas que viven en zonas rurales
aisladas.
"Las expectativas culturales en torno
al género determinan en gran medida la diferencia de sexo en la mortalidad por
suicidio", afirmó la doctora Shannon Lange, científica del Instituto de
Investigación en Políticas de Salud Mental (CAMH) de Canadá y autora principal
del trabajo. "Las medidas multisectoriales dirigidas a la salud y el
bienestar de la sociedad deberían destacarse en los esfuerzos de
prevención", agregó la experta.
La OPS trabaja para mejorar la salud mental de la población de las Américas y reducir la mortalidad por suicidio y proporciona cooperación técnica en prevención del suicidio a los países mediante la aplicación de la guía Vivir la vida de la OMS, que propone intervenciones eficaces y una respuesta nacional integral para prevenir el suicidio.
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