Las demandas de comunidades étnicas y población rural se han presentado ante los jueces y magistrados designados para analizar los casos de este tipo de acciones ilegales.
El Gobierno Nacional, a través de la
Unidad de Restitución de Tierras (URT) impulsa ante jueces y magistrados la
restitución de más de 1,5 millones de hectáreas a favor de comunidades étnicas
(indígenas, negras, afrodescendientes, raizales y palenqueras) y de poblaciones
campesinas.
UN BALANCE POSITIVO
La Unidad de Restitución de Tierras (URT)
indicó que, de las 1 515 298 hectáreas solicitadas en restitución, 1 495 888
hectáreas corresponden a procesos a favor de comunidades étnicas y las 19 410
hectáreas restantes que están siendo solicitadas en ruta individual en
beneficio de comunidades campesinas.
Las cifras, resaltadas por el director general
de la URT, Giovani Yule, hacen parte de un balance sobre la gestión de la
Unidad durante lo corrido del gobierno del presidente Gustavo Petro. El
funcionario recalcó que los resultados alcanzados demuestran el compromiso que
tiene este Gobierno con las víctimas de la violencia.
Con el trabajo adelantado se buscan
restablecer los derechos sobre sus predios a 6 226 personas que procuran
recuperar sus predios en ruta individual y 24 016 familias integrantes de
comunidades étnicas que reclaman el restablecimiento de sus derechos
territoriales.
UN CASO EMBLEMÁTICO
Además, la entidad puso de presente que
entre las demandas más representativas presentadas por la Unidad durante el
citado periodo está la relacionada con el restablecimiento de los derechos
territoriales al pueblo Nükak Makú, en la que se pretende entregar y proteger
954 000 hectáreas a favor de 362 personas en el municipio de San José del
Guaviare.
Para el pueblo Nükak, el territorio se
organiza en distintos niveles habitados por seres vivos que hay que cuidar. Sin
embargo, este relacionamiento con el mundo se vio alterado por la irrupción del
conflicto armado en su vida colectiva y en su territorio, según señala la
Comisión de la Verdad.
La entidad agrega que los cultivos de uso ilícito y la ganadería han hecho daños al territorio, sufriendo despojo territorial y daños culturales. Las niñas y mujeres nükak han sido víctimas de violencias sexuales, mientras que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes han sufrido de reclutamiento forzado. Toda esta etnia ha sido víctima de racismo y discriminación, y vive en situaciones de profunda desigualdad social.
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