Las principales formas clínicas de la enfermedad afectan a más de 50 000 personas cada año en la región. Las nuevas directrices buscan ampliar el acceso al tratamiento y mejorar la evolución de los pacientes.
La Organización Panamericana de la Salud
(OPS) publicó recomendaciones actualizadas sobre el tratamiento de las
leishmaniasis, enfermedades infecciosas desatendidas que en su forma más grave
puede causar la muerte de hasta 90 por ciento de las personas que no reciben
tratamiento.
DETALLES DE LAS ENFERMEDADES
Las leishmaniasis son causadas por
parásitos que se transmiten mediante la picadura de insectos flebótomos hembras
infectados, conocidos popularmente como chiclera, asa branca, palomilla,
mosquito palha, torito, entre otros. Su presencia está directamente vinculada a
la pobreza. En las Américas, la enfermedad se presenta en tres formas clínicas:
cutánea, mucosa y visceral.
La leishmaniasis cutánea es la más común
y es endémica en 18 países de la región, donde se reportan alrededor de 54 000
casos por año, el 80 por ciento de ellos en Brasil, Colombia, Perú, Nicaragua y
Bolivia. La forma mucosa representa cerca de 4 por ciento de los casos y es
severa, dado que puede causar mutilaciones y discapacidades. La visceral, la
forma más grave, es endémica en 13 países de la región, con una media de unos 3
500 casos por año, el 96 por ciento de ellos se registran en Brasil.
En 2020 hubo una reducción en el número
de casos de las diferentes leishmaniasis, sin embargo, esa disminución puede
estar relacionada con la interrupción total o parcial de las actividades de
vigilancia por la pandemia de Covid-19.
NUEVAS DIRECTRICES
Las Directrices para el tratamiento de
las leishmaniasis en la región de las Américas, presentadas esta semana en el séptimo
Congreso Mundial sobre Leishmaniasis, realizado en Cartagena, Colombia, buscan
ampliar el acceso al tratamiento y mejorar los resultados de salud de los
pacientes.
La evidencia acumulada hizo necesario
revisar y actualizar las recomendaciones de 2013 de la OPS. En esta segunda
edición se detallan, por grupos y condiciones específicas de los pacientes, los
esquemas y los criterios de indicación del tratamiento para la leishmaniasis
cutánea, mucosa y visceral en el contexto regional. También se detallan la
eficacia y la seguridad de los diferentes tratamientos.
En el caso de la leishmaniasis cutánea,
se ha eliminado el ketoconazol de las opciones terapéuticas, el número de
especies de Leishmania para las que hay evidencia sólida de la eficacia y
recomendación fuerte para el uso de la miltefosina ha aumentado de dos a cuatro
y la recomendación de administrar antimoniales intralesionales ahora es fuerte.
Con respecto a la leishmaniasis mucosa,
se incluye una recomendación fuerte sobre el uso de antimoniales pentavalentes
con o sin pentoxifilina oral, y en relación con la lishmaniasis visceral, la
recomendación es fuerte para el uso de la anfotericina B liposomal, mientras
que el uso de antimoniales pentavalentes y desoxicolato de anfotericina B ahora
es condicional. También hay evidencia contundente en contra del uso de
miltefosina en pacientes con leishmaniasis causada por Leishmania infantum.
Otros cambios importantes en las
directrices son el desglose de las recomendaciones según pacientes adultos o
pediátricos, la inclusión de las especies de Leishmania y, en el caso de los
pacientes inmunocomprometidos, la introducción de una recomendación fuerte
contra el uso de antimoniales pentavalentes.
AMPLIAR EL ACCESO AL TRATAMIENTO
La Iniciativa de Eliminación de la OPS
busca apoyar a los países de la región para tratar al menos al 90 por ciento de
los pacientes diagnosticados con leishmaniasis cutánea y reducir la tasa de
letalidad de leishmaniasis visceral en 50 por ciento para 2030. Actualmente, el
83 por ciento de las personas diagnosticadas con la forma cutánea en los nueve
países de la región para los que existen datos reciben tratamiento, y el 9 por
ciento de las personas que contraen la forma visceral de la enfermedad pierden
la vida.
La detección temprana, el adecuado tratamiento, seguimiento y curación de los pacientes con las diferentes formas clínicas de leishmaniasis en la región es fundamental para avanzar en el control de la leishmaniasis cutánea y en la eliminación de la leishmaniasis visceral como problema de salud pública.
0 Comentarios
El Observador Siglo XXI no se hace responsable por el contenido de los comentarios. Este es un espacio de libre opinión, amablemente solicitamos por favor compartirla con respeto.