Un veto parcial decidió ejercer desde hoy el
concejal Diego Fernando Cabrera Monroy junto al ex concejal y hoy secretario general Iván Yesid Olaya Díaz en contra de éste medio de comunicación,
al no permitirle intervenir en la sesión en la que se hablaba el tema de la
reestructuración de la Administración Municipal.
En la mañana del día de hoy, se adelantaba en
el recinto del Concejo de Facatativá una sesión ordinaria que tuvo como objeto
ejercer control político y administrativo al secretario General de la Alcaldía,
Edwin Medina, y en la cual el director de este medio iba aprovechar para
solicitar la respuesta a algunos interrogantes, de la misma manera que ha hecho
con otros asesores del despacho del alcalde Malo García desde el inicio del
gobierno, teniendo en cuenta lo difícil que es la comunicación con ellos.
LO QUE MAL EMPIEZA...
Dos días antes, el periodista León solicitó el
uso de la palabra como ha sido usual desde la presidencia del concejal liberal
Arturo Niño pero desde su silla, el hoy presidente Cabrera -perteneciente al
Partido Verde- le indicó al comunicador que debía inscribirse por Secretaría,
medida que se establece en el artículo 77 del reglamento interno de la
Corporación como el uso de la palabra de los asistentes a la barras en donde
dice que “las personas que asistan a una sesión, y deseen intervenir, se
solicitará por secretaría, y la hará saber al Presidente dicha intervención, y
a su criterio, solicitará se decrete un receso para que se haga la intervención”.
Sin embargo, ese día, el presidente de la Junta
de Acción Comunal del barrio Los Monarcas, al llegar al inicio de la sesión
solicitó el uso de la palabra, se sentó en las barras, pero al final de las
intervenciones de los concejales el presidente lo invitó a bajar al recinto
para intervenir, para lo que no se decretó receso alguno.
Pero además del 77, los artículos 74 y 76
también hablan sobre intervenciones. Mientras que éste último es especifico en
hablar sobre el uso de la palabra de los funcionarios, el 74 habla de las
intervenciones y uso de la palabra, diciendo que el presidente debe
autorizarlo, y que la mesa directiva fijará el tiempo de las intervenciones de
los oradores, de acuerdo a la ley 974 de 2005, que fija reglas para las
bancadas de miembros de Corporaciones Públicas y es clara al decir que modifica
el reglamento del Congreso, no de los Concejos ni de las Asambleas dado que
tienen autonomía.
La misma ley es clara primero al referirse de
Corporaciones Públicas, que engloba Congreso, Juntas Administradoras Locales, Asambleas
y Concejos, pero seguidamente y excluyendo a los tres últimos, sólo menciona al
legislativo mayor -que puede darse su propio reglamento, pero no definir el de
las otras Corporaciones, respetando su autonomía- y aun así habla de “oradores”,
“ponentes” y “voceros” de los cuales no queda claro quiénes pueden pertenecer a
la primera categoría, es decir, la de “oradores”, mientras que connota que los
ponentes son los congresistas que presentan una Ley y deben exponerla y los
voceros son quienes hablan por la bancadas, que están integradas por legisladores
debidamente elegidos.
Claro lo anterior, el director de El Observador
Siglo XXI allegó en la mañana de ayer un derecho de petición para solicitar el
uso de la palabra en las sesiones ya programadas para el caso de requerirlo.
LA CENSURA
Y fue en el día de hoy cuando, al ver que
faltaban dos intervenciones de los cabildantes, el comunicador alzó la mano
para intervenir, pero no recibió respuesta ni negativa ni positiva, ni del
secretario general ni del presidente quienes, ignorándole, continuaron el curso
de la sesión cediéndole el uso de la palabra al secretario Medina para que
respondiera las dudas.
En el término de la distancia el joven director
se acercó a la Mesa Directiva y le preguntó al Secretario General que si no
había recibido el derecho de petición, a lo que respondió que como era un
derecho de petición, él tenía 10 días hábiles para responderlo. Es decir, el presidente
y el secretario se tomarían esos días para pensar si le permitían hacer uso del
derecho fundamental a la libertad de expresión al redactor, fecha para la cual
el periodo de sesiones ordinarias ya habrá terminado, con lo que se ahorrarían
la molestia de darle el uso de la palabra y pasando al parecer por encima del
artículo 73 de la Constitución Política de Colombia.
Sin embargo, el secretario fue contra
preguntado e invitado cordialmente a aclarar cuál era entonces el alcance del
libre acceso a los periodistas, establecido por el parágrafo 5 del artículo 69
del reglamento interno del Concejo, pues no hay un límite entre el acceso
físico y el acceso a los derechos como el de la intervención, a lo que no se
recibió respuesta.
UN VETO PARCIAL MOTIVADO
Esta actitud del presidente, quien es el
propietario públicamente reconocido de la discoteca Luna Morena -tanto que un
reconocido arquitecto lo nombró en redes sociales con ocasión de una disputa de
unos menores que salieron minutos antes de su discoteca de una fiesta
organizada por el Instituto de Deportes-, hacia el medio de comunicación tiene
sus orígenes en un derecho de petición que éste le envió el pasado martes, mayo
16, con el objetivo de saber su experiencia en las reuniones que ha sostenido
con los representantes legales de la Zona T y Plan B -quienes lo debilitaran en
el negocio de la rumba por usar la figura de clubes sociales- en su oficina y
en las que naturalmente se ha abordado de lleno el tema de los nuevos horarios
y su posible extensión, asunto del que por ahora sólo se menciona como
referencia, pues actualmente este diario web adelanta una investigación al
respecto que podría destapar un gran escándalo y prueba de ello es la actitud
del presidente del Concejo, el Concejal Diego Cabrera.
Pero quizá no es solo eso, pues en el derecho de
petición de intervención enviado la mañana de ayer vía web se le solicita la
intervención en el debate de las sesiones, sino también el uso de la palabra en
el punto “varios” del orden del día, a lo que muy posiblemente él considera que es para solicitarle verbalmente respuesta
-por ser expedita manera- de asuntos concernientes a sus funciones en la
presidencia y a algunos contratos, ya que para este medio es imposible
esperarlo durante más de tres horas afuera de su despacho, para terminar recibiendo
evasivas.
De tal manera que El Observador Siglo XXI ya
inició una ruta para sobrepasar este innegable acto de censura, que incluye a
los entes de control y no dejará de asistir al cabildo a no se de que le prohiban el ingreso.
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