El evento mantuvo para la edición de este año un nuevo componente que se suma a los tradicionales espectáculos de las bandas invitadas y las que se seleccionaron en la convocatoria.
Con el ánimo de fomentar la gestión
cultural dentro de la escena de rock en el cercado fuerte al final de la
llanura, se desarrolló el conversatorio “La emoción de la música como alimento
para el alma”, a cargo de Hernán Guillermo Ramírez Montejo.
EL FESTIVAL CRECE
“La idea siempre ha sido que los chicos,
o los muchachos, o las bandas se lleven, año con año, algo que le sirva”, indicó
Gabriel Martín, director de la Escuela de Formación en Guitarra Eléctrica de la
Secretaría de Cultura y Juventud, agregando que esa idea se materializa a
través de diferentes talleres que les ayudan a mejorar la calidad de la ejecución
de los instrumentos o de la gestión cultural hacia su público, partiendo de la
experiencia de otras personas.
El año pasado, el tallerista fue Fabián
Beltrán, vocalista de Random Revenge, quien junto a la agrupación se han
presentado en diferentes escenarios a nivel nacional e internacional.
Estas iniciativas complementarias se han
iniciado en el municipio teniendo en cuenta que, según Martín, en Facatativá “estamos
un poquitín quedaditos en la parte de gestión”, considerando que “hay que
arriesgar un poquitico más”, dentro de lo que las mismas bandas hacen hacia su
público, específicamente en temas como la distribución del arte que realizan.
En cuanto a lo local, Martín destacó que
la escena en Facatativá ha crecido mucho, cosa con lo que concordaron los
artistas que El Observador Siglo XXI (EOSXXI) entrevistó el sábado pasado luego
de su presentación en el Festival. “Tenemos bandas con trayectoria aquí como
Random Revenge, Disorder que ya ha tenido cierto bagaje artístico y de tarima a
nivel nacional, entonces a mi por lo menos me parece eso interesante pero también
es que los chicos que vienen detrás, o las bandas, se alimenten de ese tipo de
cosas que, digamos, son las cosas que se vuelven importantes”.
EL TALLERISTA EN 2022
Hernán Ramírez es un gestor cultural de Tunja,
capital del Departamento de Boyacá. A sus 44 años es fundador, vocalista,
guitarrista y mánager de la banda de Thrash Death Metal llamada Socavón, la
cual nació en 1995 y cuenta con dos demos y tres álbumes de estudio. Antes,
Ramírez hizo parte de la banda de Death Metal llamada Carcinogen en 1993, con
la cual sacó un demo.
Este artista metalero es consejero cultural
de la capital boyacense y presidente de la agremiación de músicos de Tunja
(AMUT) y fue por eso que fue invitado a realizar el conversatorio. “Hernán
tiene una trayectoria de más o menos 29 años haciendo música, siendo gestor
cultural y otra cantidad de cosas” explicó el profesor Martín, quien confesó
que iba a verlo tocar y un día se hicieron amigos.
“Hernán siempre me ha parecido una
persona que ha gestionado muchas cosas para esa ciudad, tanto festivales como
crear ahorita en este momento una de las agremiaciones culturales de la ciudad
de Tunja que ayuda mucho a los a los artistas a generar festivales no solamente
para la escena Rock sino también para artistas plásticos, también para la escena
del rap” describió el profesor.
EOSXXI sostuvo una conversación con Ramírez antes de iniciar el taller, en la que contó parte de su vida y analizó la situación del rock nacional en la actualidad. La entrevista se encuentra disponible en Spotify.
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