A raíz de la emergencia sanitaria se señaló la necesidad de acelerar los ensayos de las vacunas contra patógenos resistentes a los antimicrobianos que se encuentran en las últimas fases de desarrollo y maximizar el uso de las vacunas existentes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado el primer informe de su historia sobre las vacunas actualmente en desarrollo para prevenir las infecciones causadas por patógenos bacterianos resistentes a los antimicrobianos. La pandemia silenciosa de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) es un gran problema de salud pública que va en aumento.
DATOS PREOCUPANTES
Las infecciones bacterianas resistentes
están asociadas por si solas a casi 4,95 millones de muertes al año, de las que
1,27 millones se atribuyen directamente a la RAM.
Pero la RAM va más allá de las
infecciones bacterianas y se produce cuando las bacterias, los virus, los
hongos y los parásitos cambian con el tiempo y dejan de responder a los
medicamentos. Cuando una persona se infecta con estos microbios, se dice que la
infección es resistente a los medicamentos antimicrobianos. Estas infecciones
suelen ser difíciles de tratar.
Las vacunas son, en primer lugar,
herramientas poderosas para prevenir las infecciones y, por tanto, tienen el
potencial de frenar la propagación de las infecciones resistentes a los
antimicrobianos. El informe sobre las vacunas contra patógenos resistentes a
los antimicrobianos tiene por objeto orientar las inversiones y la
investigación en vacunas viables para mitigar la RAM.
MUCHOS ANTIPATÓGENOS EN ESTUDIO
En el análisis se identifican 61 vacunas
candidatas en diversas fases de desarrollo clínico, entre ellas varias en las
últimas fases de desarrollo, para hacer frente a las enfermedades provocadas
por las bacterias que figuran en la lista de bacterias prioritarias a las que
la OMS ha dado prioridad en materia de I+D. Aunque en el informe se indica que
estas vacunas candidatas en fases avanzadas tienen una gran viabilidad de
desarrollo, también se advierte de que la mayoría de ellas no estarán
disponibles en breve.
“Prevenir las infecciones mediante la
vacunación reduce el uso de antibióticos, que es uno de los principales
factores que propician la RAM. Sin embargo, de los seis principales patógenos
bacterianos responsables de las muertes debidas a la RAM, solo uno, la
enfermedad neumocócica (Streptococcus pneumoniae), tiene una vacuna,” dijo la
Dra. Hanan Balkhy, subdirectora General de Resistencia a los Antimicrobianos de
la OMS. “Se necesita urgentemente un acceso asequible y equitativo a las
vacunas que salvan vidas, como las vacunas antineumocócicas, para reducir el
número de muertes y mitigar el aumento de la RAM,” añadió.
Un aspecto que se destacó con respecto a
la lucha mundial contra la RAM es que las bacterias incluidas en la lista de
patógenos prioritarios, pese a suponer una importante amenaza para la salud
pública precisamente por su resistencia a los antibióticos, cuentan en la
actualidad con un pequeño número de vacunas candidatas en proceso de
desarrollo, cuya viabilidad no es además muy alta. Es poco probable que se
disponga de vacunas contra estos patógenos a corto plazo, por lo que deben
buscarse urgentemente intervenciones alternativas para prevenir las infecciones
resistentes debidas a los patógenos bacterianos prioritarios.
“Se necesitan enfoques disruptivos para
enriquecer la línea de producción y acelerar el desarrollo de vacunas. Las
enseñanzas extraídas del desarrollo de las vacunas anti-COVID-19 y de las
vacunas de ARNm ofrecen oportunidades únicas para explorar el desarrollo de
vacunas contra las bacterias”, ha dicho el Dr. Haileyesus Getahun, Director del
Departamento de Coordinación y Alianzas Mundiales contra la RAM de la OMS.
RETOS EN PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN
En el informe se examinan algunos de los
retos a los que se enfrentan la innovación y el desarrollo de vacunas, incluso
en lo referente a los patógenos asociados a las infecciones nosocomiales.
Uno de esos retos es la dificultad para
definir a la población objetivo entre todos los pacientes hospitalizados; el
costo y la complejidad de los ensayos de eficacia de las vacunas; y la falta de
precedentes regulatorios y/o normativos para las vacunas contra las infecciones
nosocomiales.
“El desarrollo de vacunas es costoso y
supone un reto científico, a menudo con altas tasas de fracaso; por otro lado,
para las vacunas candidatas que cumplen el proceso con éxito, los complejos
requisitos regulatorios y de fabricación requieren más tiempo. Tenemos que
aprovechar las lecciones extraídas del desarrollo de las vacunas anti-COVID-19
y acelerar la búsqueda de vacunas para hacer frente a la RAM,” dijo la Dra.
Kate O'Brien, Directora del Departamento de Inmunización, Vacunas y Productos
Biológicos de la OMS.
En el informe se pide un acceso
equitativo a nivel mundial a las vacunas que ya existen, especialmente entre
las poblaciones que más las necesitan en entornos con recursos limitados.
Ya existen vacunas contra cuatro enfermedades provocadas por bacterias prioritarias: la enfermedad neumocócica (Streptococcus pneumoniae), el Hib (Haemophilus influenzae de tipo b), la tuberculosis (mycobacterium tuberculosis) y la fiebre tifoidea (Salmonella Typhi). Las actuales vacunas de Bacillus Calmette-Guérin (BCG) contra la tuberculosis no protegen adecuadamente contra la tuberculosis, por lo que debería acelerarse el desarrollo de vacunas más eficaces contra esta enfermedad. Las tres vacunas restantes son eficaces, y se debe aumentar el número de personas que las reciben para contribuir a reducir el uso de antibióticos y evitar más muertes.
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