La presencia de Sars-Cov-2 también ha traído, en cierta medida, el mensaje constatado de que las enfermedades infecciosas están aquí y seguirán estándolo al menos en los próximos treinta años.
Las enfermedades infecciosas se han convertido en uno de los primeros problemas de salud pública mundial y la pandemia por covid-19 ha acaparado la atención médica y científica en los dos últimos años, limitando la asistencia a otros problemas de salud, lo cual es abordado en el Informe sobre Enfermedades Infecciosas en 2050, realizado por más de 30 expertos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).
APECTOS DE INTERÉS
En el informe se destaca que las
patologías transmisibles seguirán siendo uno de los mayores problemas de salud
en 2050; situación para la que se reclama una estrategia sólida de anticipación
que permita abordar adecuadamente las nuevas emergencias derivadas de patógenos
infecciosos y otras reemergentes.
¿Cómo serán las enfermedades infecciosas en 30 años?
Nuevas zoonosis, como los conocidos
SARS-CoV-2 o el virus de la viruela del mono, fiebres hemorrágicas, virus
reemergentes, que se verán agravadas por la negativa influencia del cambio climático
y de las temperaturas al alza, unido todo al paulatino aumento de las
resistencias a los antimicrobianos, conforman un futuro en que la patología
infecciosa sería la primera causa de muerte por enfermedad.
Falsas percepciones
José Miguel Cisneros, director de la
Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Parasitología del
Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, ha reconocido que ha
habido extraordinarios logros en este ámbito, pero las enfermedades infecciosas
“se han convertido, sin haberlo visto venir, en uno de los mayores problemas
para la salud pública mundial. Se estima que, de seguir así, lo serán aún más
en 2050, pasando a ser la primera causa de muerte por enfermedad”.
A su juicio, esta situación, “es tan
paradójica como preocupante, pues demuestra que la estrategia actual de
respuesta frente a las enfermedades infecciosas no sirve, porque no evita
pandemias como la covid-19″, por lo que insiste en que «necesitamos cambiar a
una estrategia de anticipación”.
Federico García, vicepresidente de la
Seimc, considera que existe la falsa percepción de que los sofisticados
sistemas asistenciales y el potente arsenal terapéutico anti infeccioso
disponibles son herramientas capaces y suficientes para resolver cualquier amenaza
infecciosa.Pero, el desarrollo de multiresistencias a los antimicrobianos y las
nuevas amenazas zoonóticas, “desmienten tan erróneos augurios; la covid-19
tiene aún un futuro incierto, aparecen infecciones reemergentes y olvidadas y,
en ausencia de una vacuna, la endemicidad del VIH sigue presente”, indicó el
galeno.
Además, ha insistido en que «el problema
que supone esta falsa sensación de seguridad respecto a las enfermedades
infecciosas y sus consecuencias se agrava con la pérdida de interés de las
autoridades sanitarias por las mismas».
A pesar de que en los últimos dos años,
la covid-19 se ha instalado como una pandemia mundial, existe otra, una
‘pandemia silenciosa’, que avanza progresivamente: la de la resistencia a los
antibióticos. De hecho, la OMS ya puso de manifiesto en 2021 que la resistencia
a los antimicrobianos se situaba entre los diez primeros problemas de salud
mundial.
EL TIEMPO SE ACABA
Para Rafael Cantón, jefe del Servicio de
Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid, dos son los
mensajes prioritarios: "el tiempo se nos acaba y necesitamos nuevos
antibióticos”, teniendo en cuenta que en el año 2019 se produjeron en el mundo
1,27 millones de muertes directamente relacionadas con infecciones por
bacterias resistentes.
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