Los ácidos biliares son moléculas de señalización que mantienen la tolerancia inmunitaria, su descontrol amplifica la respuesta inflamatoria desde el sistema hepato-intestinal hacia otros órganos como el pulmón. Segunda parte de este estudio publicado en la Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas.
La disfunción hepática afecta
estructuras anatomofuncionales de varios órganos e incrementa el riesgo de
mortalidad por la citotoxicidad de los ácidos biliares. Para describir las
posibles evidencias biomoleculares que pudieran respaldar a los ácidos biliares
agentes proinflamatorios de las complicaciones respiratorias en la Covid-19, se
presenta una revisión sistemática y crítica de lo publicado entre 1946-2021,
sobre las acciones toxicas de los ácidos biliares en condiciones
suprafisiológicas sobre el tejido alveolar.
Esto pudiera constituir el fundamento teórico que asocia la disfunción hepato-intestinal-ácidos biliares- daño alveolar en la Covid-19, y permitiría la hipótesis de considerar a los ácidos biliares constituyentes de un eje que transversaliza el proceso de la Covid-19, al participar activamente en sus estadios clínicos, y por ende ser agentes metabolomicos que amplifican o perpetúan la respuesta inflamatoria creada por el SARS-CoV2. Se recomiendan estudios clínicos para su confirmación en el progreso del síndrome de dificultad respiratoria aguda.
DESARROLLO
Aspectos metodológicos
El método consistió en una revisión
sistemática, crítica y actualizada, en idioma español e inglés, de las
evidencias en las bases de datos nacionales e internacionales como PubMed,
Medline, Scielo, Lilacs, y Elservier, así como, de estudios de observación,
caso control y metanálisis relacionados con ácidos biliares (AB) y daño del
tejido pulmonar, desde el año 1947 hasta el 2020. Se utilizaron como criterios
de selección un índice de materia médica y palabras clave.
La novedad de este artículo es brindar
una visión holística de la posible participación de los ácidos biliares en la
secuencia inflamatoria generada por el SARS-CoV2, en la Covid-19 y el síndrome
de dificultada respiratoria aguda. En los últimos años, varios estudios
demuestran que el receptor farnesoide X está ampliamente involucrado en la
patogénesis de diversas enfermedades respiratorias, como la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, el asma bronquial y la fibrosis pulmonar idiopática.
Además, otros trabajos confirman que
este receptor regula la homeostasis de los ácidos biliares y ejercer sus
efectos antiinflamatorios y antifibróticos en las vías respiratorias y los
pulmones, por lo que se considera un objetivo potencial en la investigación de
las entidades pulmonares. Sin embargo, no hay reportes que aborden de forma
integral la participación de los ácidos biliares como molécula de señalización
en ninguno de los estadios de la Covid-19, a pesar de lo referido.
De surgir nuevas evidencias de los
proyectos que se desarrollen a partir de su determinación sérica o en heces,
tendrán el sello de la ciencia cubana al enriquecer el marco teórico-conceptual
de la patogenia de la enfermedad. Como resultado, se asentarían las bases en la
prevención, control del síndrome de dificultad respiratoria aguda y la
actualización de los protocolos de atención para la Covid-19.
Los ácidos biliares son moléculas de
señalización, ligandos endógenos con diversas actividades biológicas en
condiciones fisiológicas que desde el 2000, se les reconoce función reguladora
del sistema inmunitario innato. De esta forma, acredita sus acciones
antinflamatorias y proinflamatorias in vivo e in vitro en enfermedades
hepato-bilio-intestinales con repercusión individual en órganos extradigestivos
como pulmón, corazón, riñón, etc, y justifica su papel en el sostén de la
tolerancia inmunitaria y metabólica en general.
Diversos estudios reportan que 50 por
ciento de los pacientes en unidades intensivas con hepatopatías crónicas
presentan niveles séricos altos de ácidos biliares, que en condiciones
suprafisiológicas, interactúan con los receptores nucleares (farnesoide X: RFX)
y el receptor acoplado a la proteína G de Takeda de membrana, factor de
crecimiento epidérmico 5 (FTGR5) entre otros, ubicados en las membranas
celulares de órganos extradigestivos, que unido a la actividad detergente de
los ácidos biliares, ejercen su acción proinflamatoria, perpetúan y amplifican
la respuesta inflamatoria de base, incrementando el riesgo de mortalidad.
Evidencias epidemiológicas y clínicas
reportan una asociación entre enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y
enfermedades hepato-bilio-intestinales, que justifican su alta incidencia en
neonatos, ancianos, longevos y embarazadas.(10) Las enfermedades hepato-
bilio-intestinales constituyen uno de los factores predictivos de exacerbación
de las EPOC que empeoran al asociarse a aspiración de reflujo biliar
gastroesofágico y a las colestasis, donde los niveles séricos altos de ácidos
biliares actúan como promotores de la amplificación de la respuesta
inflamatoria, de la intolerancia inmunitaria de la lisis de los neumocitos y
del fallo de la síntesis de surfactante.
Neumocito
Los Neumocitos tipo II son células
cúbicas bajas, pequeñas, con microvellosidades apicales, que cubren un 60 por
ciento de la superficie alveolar y un 5 por ciento del espacio alveolar. En su
citoplasma existe abundante retículo endoplasmático rugoso y un gran aparato de
Golgi.
Sus funciones se ejecutan en la
interfase alveolar aire-líquido en condiciones fisiológicas, actuando como
barrera citoprotectora e inmunorreguladora, sitios de síntesis, de secreción o exocitosis
hacia la luz alveolar formando la membrana hialina y de degradación del
surfactante.
Surfactante pulmonar
El surfactante pulmonar, es un complejo
lipoproteico de fosfolípidos con 80 por ciento, dipalmitoil- fosfatidilcolina o
dipalmitoil-lecitina (DFFC), lípidos neutrales en 8 por ciento con
fosfatidilglicerol aniónico y proteínas en 10 por ciento de dos tipos,
hidrofílico e hidrofóbico.
El fosfolípido más abundante en los
alveolos es el dipalmitoil-fosfatidilcolina o dipalmitoil- lecitina. Por ser
componentes anfipáticos estructurales de la membrana celular el surfactante
pulmonar actúa como citoprotector del tejido pulmonar, pues opera como
señalizador o activador de enzimas mitocondriales e impide la atelectasia al
final de la fase de espiración de la respiración pulmonar. Al tiempo que ejerce
un efecto inmunomodulador controla la síntesis de sustancias de señalización
celular derivadas del ácido araquidónico tales como prostaglandinas,
tromboxanos, factor activador de plaqueta, prostaciclina, leucotrienos.
Los lípidos neutrales actúan como
citoprotectores e inmunorreguladores de los neumocitos II inhibiendo la
expresión de la fosfolipasa A2, de manera que impiden la síntesis de
metabolitos del ácido araquidónico mediadores importantes de la respuesta
inflamatoria, inhiben la activación del factor nuclear kB relacionado con la
regulación transcripcional de citocinas proinflamatorias en macrófagos
alveolares y la actividad del ARN mensajero, controlando la tormenta de
citocinas y de otros mediadores inflamatorios.
Las Proteínas del surfactante (PS)
hidrófilicas, multiméricas y glicosiladas son la PS-A y PS-D, las cuales
controlan la secreción y el reciclaje alveolar del surfactante, defienden al
pulmón al unirse, aglutinar y opsonizar patógenos inhalados. Las hidrofóbicas,
de bajo peso molecular son la PS-B y PS-C, que facilitan la extensión y adsorción
del complejo lipoproteico de fosfolípidos (CLPFF) en la interfase aire-líquido.
Ambas proteínas, mantienen una tolerancia inmunitaria pulmonar adecuada.
El surfactante pulmonar como agente
tenso activo reduce la tensión superficial alveolar durante la espiración,
evita el colapso alveolar y mejora la función pulmonar, expresadas en una
adecuada expansión alveolar, ventilación/ perfusión, oxigenación, capacidad
residual funcional, distensibilidad pulmonar y disminución del retroceso elástico
del pulmón adecuado.
Asociado a ello tiene acción
inmunorreguladora e inhibidora de los mediadores proinflamatorios como el óxido
nítrico, la fosfolipasa A2 y el factor de necrosis tumoral. Funciones
ejecutadas por las proteínas PS-A, B y C. La PS-C inhibe también la unión de
los LPS (lipopolisacáridos) a macrófagos al unirse a la región A de estos, e
interactuar con la molécula de adhesión CD14 del macrófago alveolar, acciones
que justifican la acción inmunorreguladora del surfactante pulmonar.
Otras acciones adjudicadas al surfactante pulmonar son que reducen la expresión de moléculas de adhesión, de la molécula 1 de adhesión intracelular (en inglés ICAM-1 presente en las células endoteliales estimuladas por las citocinas), la inhibición de la producción de radicales libres por monocitos y neutrófilos y del sobrecrecimiento bacteriano y, en fin, todo lo descrito justifica la acción citoprotectora e inmunorreguladora del surfactante, clave en la integridad funcional del pulmón.
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