Cuarta parte del informe especial sobre un reciente estudio que señala que la orfandad asociada a la COVID-19 y la pérdida de cuidadores se han convertido en importantes problemas mundiales.
El estudio se
denomina “Estimaciones mínimas mundiales, regionales y nacionales de niños
afectados por la orfandad asociada a la COVID-19 y la muerte del cuidador, por
edad y circunstancias familiares hasta el 31 de octubre de 2021: un estudio de
modelado actualizado” y fue publicado en la sección “salud del niño y del
adolescente” de la revista científica The Lancet.
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Los
investigadores encontraron un aumento en la orfandad asociada con COVID-19 y la
muerte de cuidadores durante el nuevo período de estudio de seis meses, de mayo
1 a octubre 31 de 2021, con el número total de niños afectados casi el doble
que el observado en los primeros 14 meses, de marzo 1 de 2020 a abril 30 de
2021.
Para octubre 31 de
2021, se habían producido cinco millones de muertes por Covid-19 y
aproximadamente 5,2 millones de niños habían perdido a un padre o cuidador
debido a la muerte asociada con la infección. Este hallazgo significa que, a
nivel mundial, por cada muerte reportada por Covid-19, al menos un niño
experimentó la orfandad o la muerte del cuidador.
Para las
regiones con tasas de fertilidad total más altas, como las regiones de África,
el Mediterráneo Oriental y el Sudeste Asiático, el número de niños afectados
por la orfandad y las muertes de cuidadores excedieron el número de muertes por
Covid-19. Para el sudeste asiático, los aumentos también se vincularon con
aumentos repentinos devastadores y nuevos datos de exceso de muertes para la
India.
Estos datos
sugieren que la aceleración rápida de la aceptación de la vacuna es
estratégicamente necesaria para proteger a los niños en estas tres regiones,
pero estas mismas tres regiones tienen la cobertura de vacunación más baja. Las
estimaciones de la cobertura de la vacuna contra la Covid-19 a septiembre 9 de 2021 mostraron que el 4 por ciento de la
población en la región de África, el 21 por ciento en la región del
Mediterráneo oriental y el 34 por ciento en la región del sudeste asiático
habían recibido al menos una dosis; la cobertura fue del 53 por ciento para
Europa, 56 por ciento para las Américas y 67 por ciento para las regiones del
Pacífico Occidental.
El informe
inicial de los investigadores había mostrado una estimación mínima de más de
1,5 millones de niños afectados por la muerte de padres y cuidadores asociada a
la Covid-19 según los datos de mortalidad en tiempo real durante los primeros
14 meses de la pandemia. En comparación con esa estimación, el uso de nuevos
datos de exceso de mortalidad actualizó esta estimación mínima a más de 2,7
millones de niños, utilizando cálculos retroactivos.
Sin embargo, los
datos nacionales de mortalidad asociados con Covid-19 ayudan a formar la base
para las estimaciones mínimas, y para regiones como África, tales estimaciones
a menudo siguen estando muy por debajo de lo informado. En consecuencia, los investigadores
esperan que los informes futuros de estimaciones mínimas también aumenten. a medida
que mejore la calidad del exceso de mortalidad y los datos de mortalidad por Covid-19.
Las nuevas
estimaciones de mortalidad de la OMS muestran que la región africana tiene
tasas de mortalidad infranotificadas por un factor de 10,19. En consecuencia,
la estimación mínima global en tiempo real del número de niños afectados por la
orfandad asociada a la Covid-19 y la muerte de cuidadores llegó a más de 6,7
millones de niños para enero 15 de 2022, después del ajuste por este
subregistro en la calculadora de Covid-19.
A medida que
surjan nuevas variantes como ómicron, también será importante para a los
científicos evaluar su efecto sobre las
muertes de los cuidadores.
HALLAZGOS RELEVANTES
Los autores del
estudio consideran que los hallazgos sugieren una necesidad urgente de
respuestas pandémicas para priorizar a los niños afectados por la muerte de
padres y cuidadores. Las estrategias nacionales efectivas deben adaptarse a la
edad de los niños y las circunstancias de la pérdida.
Dos hallazgos
dignos de mención fueron las proporciones elevadas de pérdida paterna en
comparación con la pérdida materna, en donde tres de cada cuatro niños
afectados por la orfandad perdieron a sus padres, y la orfandad
desproporcionada entre los adolescentes jóvenes, lo que representa que dos de
cada tres niños cuyos padres fallecieron.
Los mayores
riesgos de muerte paterna para los niños parecen estar relacionados con
tendencias de fertilidad tardía y mayor riesgo de muerte por Covid-19, y aunque
se produjeron mayores riesgos de orfandad paterna y adolescente en todos los
países y regiones, la cantidad de niños afectados en todos los subgrupos es
preocupante para los científicos
A nivel mundial,
los investigadores estiman que casi
500 000 niños menores de 5 años, más de 735 000 niños de 5 a 9 años y más de
2,1 millones de niños de 10 a 17 años quedaron huérfanos durante la pandemia
hasta octubre 31 de 2021.
Cerca de 800 000
niños han experimentado la muerte de sus madres, y se estima que casi 2,6
millones de niños han experimentado la muerte de sus padres. La mayor
proporción de orfandad entre los niños de 0 a 4 años y de 5 a 9 años se encuentran
en la región de África y la región de las Américas, mientras que la mayor
proporción entre los de 10 a 17 años se encuentra en las regiones de Europa y
el Mediterráneo Oriental, mientras que para Sudáfrica, al menos uno de cada 200
niños en cada grupo de edad ha experimentado la orfandad asociada con Covid-19.
La evidencia que
aborda la muerte de los padres y cuidadores indica que la edad importa. Los
niños de todas las edades experimentan duelo y también pueden experimentar
atención inadecuada, alteración del estado de ánimo del padre o cuidador
sobreviviente, inseguridad alimentaria, vivienda marginal y desintegración
familiar, pero los efectos, las necesidades y las vulnerabilidades asociadas
varían según la edad.
Los niños más
pequeños en duelo necesitan cuidados inmediatos a tiempo completo y apoyo
continuo para el desarrollo de la primera infancia, y la calidad de la atención
afecta el desarrollo, la salud y la salud mental posteriores.
Los adolescentes
se enfrentan a riesgos posteriores a la orfandad, que varían según los
contextos, incluida la violencia sexual, la explotación la infección por el
VIH, el suicidio, el trabajo infantil, el embarazo adolescente, la separación
de la familia, la pobreza del hogar y el abandono de la escuela para cuidar a
los hermanos menores.
El hallazgo de que
los adolescentes tenían más probabilidades de perder a un padre o cuidador
puede informar las prioridades para los planes nacionales, dado que este grupo
de edad se beneficia de enfoques de crianza o cuidado centrados en la
comunicación, la conexión y la supervisión, y una buena crianza o cuidado
aumenta la confianza, la resiliencia y reduce los comportamientos de riesgo.
Intervenciones basadas en evidencia para adolescentes, que combinan la crianza positiva con el fortalecimiento económico , la educación, las habilidades para la vida y los servicios, son efectivos para prevenir la violencia, otras vulnerabilidades sociales, el embarazo adolescente, el matrimonio infantil y la infección por el VIH.
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