La insurrección de los comuneros que ocurre en la Nueva Granada en 1781 se explica en el contexto de las rebeliones que se presentan en las colonias hispanoamericanas en la misma época contra el imperio español.
La rebeliones se presentaron en la Capitanía
General de Venezuela, Audiencia de Quito, Virreinato del Perú y el Virreinato
del Río de la Plata (Alto Perú, Paraguay y Uruguay), generándose la
inconformidad por la imposición de algunas medidas como el incremento y
creación de nuevos impuestos y contra el empadronamiento, visto este último
como una estrategia de política fiscal.
LA GÉNESIS DEL LEVANTAMIENTO COMUNERO
Las primeras protestas se inician en la Provincia
del Socorro como respuesta al decreto del 24 de octubre de 1776 que excluye a
varias poblaciones del cultivo de tabaco. Posteriormente, el 16 de marzo de
1781, durante la feria semanal que se realiza en el Socorro, se ejecuta una
nueva protesta los subversivos ingresan a la plaza tocando tambor y gritando
sus consignas. De pronto dentro del populacho una mujer llamada Manuela Beltrán
lanza un grito: “¡viva el Rey; muera el mal gobierno!”, y los que estaban en la
plaza contestan: “¡Muera!”. El cabildo se reúne presuroso y resuelve suspender
el cobro de los impuestos mientras envía a la Real Audiencia en Santafé,
informes de lo sucedido.
La protesta se extiende por la Provincia
del Socorro, cubriendo algunas poblaciones de los actuales departamentos de Boyacá
y Cundinamarca. Entre el 16 de marzo y el 17 de junio de 1781 ocurren 33
tumultos, y en esa misma Provincia se organiza un ejército que en su camino
hacia Santafé, rápidamente se fue ampliando y masificando. En su marcha, el
ejército comunero obtiene dos importantes victorias: el 7 de mayo en Puente
Real (actualmente Puente Nacional) y el 29 del mismo mes en Girón
En ese momento de victorias y triunfos
comienzan los roces y fricciones entre los sectores aliados en el movimiento,
presentándose conflictos de intereses. Las pretensiones de la élite, que en ese
momento controlaba la dirección del movimiento, no correspondían a las
necesidades de los sectores plebeyos, mestizos, indios, y negros esclavos, las
cuales consistían por un lado en la inconformidad de los plebeyos con la tenencia
de la tierra, por otra parte el alzamiento de los esclavos y reclamo de una
supuesta cédula que les había otorgado la libertad (documento que sus amos les
ocultaban), y finalmente los indios por su parte pedían la suspensión del pago
de tributos y la recuperación de tierras de resguardo recientemente rematadas y
que habían ido a parar a manos de poderosos hacendados
En la noche del 13 de mayo llegan a Zipaquirá
los comisionados de la real audiencia que tenían como objetivo negociar y
detener la marcha de los comuneros que se dirigían a la capital del virreinato.
Dos días después el 15 de mayo llegan a Nemocón las primeras avanzadas de los
comuneros en esa población se congrega y acampa el ejército comunero
EL ASCENSO DE UN LÍDER
En Nemocón se confirma la división al
interior de los comuneros expresándose dos tendencias opuestas: en un bando la
élite que hasta el momento mantenía el control y la dirección del movimiento a
favor de la negociación y en contra de radicalizar la protesta; y en el otro
bando los reacios a negociar, partidarios de continuar la marcha hacia Santafé.
Es en este momento en el que el mestizo
José Antonio Galán pasa al frente y se levanta como líder de los sectores
populares de plebeyos, indios y negros. Galán acompañado de sólo 13 hombres
recorre insurrecciona a varios pueblos de la sabana de Bogotá: Chiquinquirá, Fúquene,
Tausa, Ubaté, entre otros.
Ante la decidida acción rebelde de Galán,
la élite dirigente del movimiento se aterroriza y en su rechazo lo detiene y
apresa. Al llegar Berbeo a Nemocón, en una hábil estratagema para aliviar las
tensiones al interior del movimiento, el 25 de mayo nombra a Galán capitán del
común y decide comisionarlo para interceptar la correspondencia y las armas enviadas
por el virrey Flórez.
GALÁN EN FACATATIVÁ
Entre tanto Galán, en desempeño de su Comisión,
con 25 hombres se dirige hacia Facatativá. Pocos días después en Santafé las
autoridades españolas se enteran de los movimientos de Galán y de inmediato
envían en su persecución 80 coraceros que le salen al encuentro el 27 de mayo
en las afueras de la población en el sitio denominado Las Cuevas
Entonces Galán “hizo alto y frente, y los
realistas, viendo que su adversario parada, se formaron en su actitud de
combate, empezando enseguida un corto tiroteo. Galán se lanzó sobre la fuerza
real con todos sus soldados, y los coraceros se desbandaron, huyendo
despavoridos en varias direcciones. Terminada la escaramuza con el triunfo de
los comuneros insurrectos, Galán y sus compañeros ingresan a Facatativá y el
pueblo los aclama.
"Galán hace la revolución en un
instante a unos pocos que le se le oponen los vence y desarma. Destituye las
autoridades, toma posesión de los estancos y de las cajas reales, pone todo
bajo el cuidado del pueblo…". Después de su triunfo en Las Cuevas y de
aumentar sus tropas con voluntarios facatativeños que se unen a su causa,
continúa su marcha hacia Honda, apoderándose en el camino de un armamento
traído por órdenes del virrey desde Cartagena, en el sitio denominado Alto del Roble
y luego reanudan el camino hacia Guaduas.
LA MUERTE DE GALÁN
Es sabido que durante el proceso de
negociación de las capitulaciones, Berbeo envía una contra-orden a Galán
ordenándole abandonar su Comisión, pero Galán, insurrecto decidido, se
radicaliza y desobedeciendo a Berbeo se interna por los pueblos de la Hoya del
río Magdalena, donde realiza una fulminante campaña de agitación.
Luego de la expansión del movimiento
comunero por la Capitanía General de Venezuela, los llanos orientales,
Antioquia y otras partes de la Nueva Granada, el 30 de enero de 1782 la Real
Audiencia profiere sentencia contra José Antonio Galán y proceden el primero de
febrero de 1782 a su asesinato y, en demostración de la práctica del terrorismo
de Estado del que era diestro ejecutor el imperio español, el 2 de febrero Galán
“se presenta” en la plaza de Facatativá ante los pobladores que atemorizados, mudos
por el terror, deben sofocar sus gritos de dolor e indignación.
El alcalde de Facatativá de la época,
Hermenegildo Contreras, envió una nota a “Pedro Saráchaga, alguacil mayor de la
Real Audiencia, para avisarle que como a la una de ese día recibió un cajón
clavado que le entregaron un cabo y dos soldados. Al abrirlo halló la cabeza de
José Antonio Galán y volviendo a clavar lo remitió a la justicia de Villeta.
¿EL NACIMIENTO DE UN LEGADO?
Así que a partir de su triunfo y fortalecimiento
en Facatativá, Galán se define cada vez más como el auténtico líder y
continuador del movimiento comunero y, siguiendo el análisis del historiador Mario
Aguilera Peña, se resaltan algunos aspectos en la campaña de Galán por la Hoya
del río Magdalena:
- Su presencia contribuye a la generalización de la protesta en la zona
- Debido al fuerte antagonismo social ocurren agresiones a los rentistas y a los funcionarios.
- Galán agita esas contradicciones sociales y proclaman la zona la libertad de los esclavos
- Galán impone la idea de sustituir la soberanía española por la soberanía del rey inca
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