El municipio que, por lo menos en Sabana
Occidente, cuenta con el mayor número de medios de comunicación, ve cómo estos
luchan por continuar informando a cada una de sus audiencias.
En la actualidad son 2 emisoras, un canal de
televisión, cinco periódicos y cuatro medios digitales los que tienen asiento
en Facatativá, sin embargo sólo un periódico ha podido continuar con el tiraje,
un medio de comunicación digital casi ha desaparecido y los medios digitales hablamos
de las dificultades en el tema publicitario. Mejor situación es la del canal de
televisión –que se sostiene gracias que hace parte de un Sistema de TV por
suscripción– y la de las emisoras –que se sostienen de la pauta– aunque, una de
ellas desde siempre ha dicho mantenerse en medio de dificultades por su
carácter comercial.
A quienes no viven de comunicar noticias e
información de interés general, desde nuestro concepto no pueden llamárseles
periodistas, pues este oficio es al mismo tiempo un estilo de vida; es a aquel
que trabaja la madera al que se le llama carpintero o ebanista, es a aquel que
trabaja la costura al que se le llama modista o diseñador, al que arregla los
motores mecánico, al que envía flores en cajas de un lugar a otro se le llama
embalador y/o mensajero, al que reparte pizzas o cualquier otra comida se le
llama domiciliario y lo común de todo lo anteriormente nombrado con el
periodismo es que son “oficios”.
Sin embargo, por la importancia que reviste
tratar con la información, el periodismo es un oficio que se ha
profesionalizado pero que por ser oficio no cuenta con el requisito de un
registro que se verifique mediante una tarjeta, pero de todas maneras el título
un periodista puede obtenerlo, ya sea estudiando cinco años en una Universidad,
u homologando sus años de experiencia en medios y su reconocimiento a través de
una universidad que da el diploma o una Asociación que entrega además una
credencial; eso le da la garantía a la audiencia de que quien le informa es
reconocido por el gremio el cual, aunque no se pisa las mangueras, si se auto
ejerce hacia dentro muchas veces el llamado a la ética, que incluso puede
resultar en fuertes discusiones por diferencias irreconciliables.
LO IDEAL Y LO REAL
Y dentro de la responsabilidad que se debe
tener con la audiencia, los medios de comunicación en general han tenido que
lidiar Administración tras Administración, con una Jefatura de Prensa tras
otra, por el constante irrespeto a los artículos 20, 23, 73 y 74 de la
Constitución Política de 1991, en los cuales se fundamenta todo periodista para
ejercer su labor.
Y esa lidia con las Administraciones se ha
basado en que no hay plata cuando “se da palo”, que es como llaman quienes
ostentan el poder político en sus tres ramas públicas, cuando los medios de
comunicación dan a conocer las necesidades de las comunidades, las
problemáticas en ciertos temas y las deficiencias administrativas junto a las
contradicciones del discurso y las acciones.
Y cada alcalde tiene su estilo y acá ese no
es el tema, pues es decisión de cada alcalde cómo quiere pasar a la historia, pues
que salgan cosas buenas de un gobierno no es una mera cuestión de pauta, sino
de acciones administrativas eficientes, efectivas y eficaces ante las
necesidades crecientes de la población, que va un paso adelante del Estado,
pues muchas veces es luego de luchas ciudadanas que se promulgan leyes.
Lo ideal para cualquier gobierno, y cada
líder político, es que salgan cosas buenas de su gestión por los medios de
comunicación, así no inviertan en rendición de cuentas permanente a través de
los mismos. Lo ideal para la población es que se cumplan sus expectativas
frente a lo prometido.
Y lo ideal para los medios de comunicación es
que los gobiernos se sirvan para mostrar su gestión por medio de contratos,
pero que den respuesta a las quejas que la gente eleva a través de nosotros
luego de no ver atención de la Administración.
La realidad es que la entrada más fuerte de
los medios de comunicación es lo que invierte la Alcaldía en plan de medios,
pues los comerciantes sólo se apoyan en los medios generalmente para poner
quejas pero no para promocionar sus actividades comerciales y los empresarios,
que son pocos, igual.
A medios débiles, mayor probabilidad de que
existan menos medios y de que una dictadura de la información se haga latente y
las necesidades de las comunidades se acallen y solo puedan salir por las
denuncias ciudadanas de los noticieros nacionales, cuando gracias a los medios
locales se han logrado soluciones.
La otra realidad es que los medios en el
mundo ya no están dependiendo ni de los políticos, ni de los gobiernos, ni de
los comerciantes o empresarios, ni de la publicidad de Google. Están
sobreviviendo gracias a su audiencia. En Estados Unidos cuesta un dólar leer un
artículo del The New York Times, mientras que en Colombia Semana, El Espectador
y El Tiempo tienen otras metodologías como la suscripción mensual,
principalmente. Noticias Uno, el mejor noticiero del país, reúne dinero por
internet y lo mismo hace el portal Los Danieles.
EL PLUS PARA BLINDAR LA INDEPENDENCIA
Lo anterior garantiza la independencia si se
habla de que los medios ocultan lo que afecta los intereses de los pautantes. Y
de esto puede verse como ejemplo el caso por el que noticias Uno acudió a sus
televidentes, dado que uno de los patrocinadores más robustos como el Grupo
Aval de la familia Sarmiento dejó de pautarle por revelar la información de
Odebretch –su socia en la Ruta del Sol–, que sería a la postre el escándalo
suramericano del siglo.
El grupo Aval no retiró la publicidad de
otros medios, pero luego de que Noticias Uno publicara la noticia con Jorge
Pizano, ningún medio pudo hacer caso omiso al “noticiononón” que hasta hoy
ocupa espacios en las diversas plataformas mediáticas. Se castigó al
responsable que tuvo la primicia, pero no es tan cierto que la publicidad
obliga a callar.
De todas formas “es mejor la seguridad que la
Policía”, y teniendo el deber con la audiencia ante su financiación, no pueden
menos que temblar los poderosos, los corruptos y los tramposos, dado que con el
apoyo ciudadano el periodismo será mucho más riguroso pues ahora la audiencia
será igual a dinero y la audiencia cada vez es más exigente.
No quiere decir entonces lo anterior que si
los medios sólo siguen dependiendo de la publicidad, así como de las
rendiciones permanentes de cuentas y campañas de cultura ciudadana, entonces la
información no será equilibrada, como debe seguir siéndolo. Lo que se quiere
denotar es que si bien los medios han luchado por mantener su independencia, la
financiación ciudadana la garantiza plena e indestructiblemente.
En sus inicios, la ventaja que tenía el
internet frente a la prensa escrita es que el periódico había que comprarlo
diariamente, mientras que el internet se paga mensual y se accedía libremente a
todos los contenidos de cualquier revista o periódico. Luego, cuando la
capacidad de transmisión de datos fue subiendo, se grababan los programas de
radio y televisión, las canciones y videos, y se subían a Youtube para verlos
en cualquier momento y ya no tener que ponerse cita.
Y todo por una tarifa mensual de internet,
pero las cosas cambian y los medios deben tener la vocación de adaptarse para
seguir ejerciendo su actividad con independencia, con rigor y equilibrio. La
audiencia debe comprenderlo, asimilarlo y aprovecharlo para que, así las cosas,
los gobiernos y los políticos nada puedan hacer para ocultar las fallas y, así
como los comerciantes, de una u otra forma, tendrán que pagar y respetar la
independencia.
De puertas para
adentro, como nos deseamos entre nosotros el día del periodista a falta de que
lo hicieran las instituciones de Facatativá y prestadores de servicios, la
pregunta para los medios de comunicación de Facatativá es: ¿será que para
sobrevivir y mantener la independencia, también cabe la unión?
El municipio que, por lo menos en Sabana Occidente, cuenta con el mayor número de medios de comunicación, ve cómo estos luchan por continuar informando a cada una de sus audiencias.
En la actualidad son 2 emisoras, un canal de
televisión, cinco periódicos y cuatro medios digitales los que tienen asiento
en Facatativá, sin embargo sólo un periódico ha podido continuar con el tiraje,
un medio de comunicación digital casi ha desaparecido y los medios digitales hablamos
de las dificultades en el tema publicitario. Mejor situación es la del canal de
televisión –que se sostiene gracias que hace parte de un Sistema de TV por
suscripción– y la de las emisoras –que se sostienen de la pauta– aunque, una de
ellas desde siempre ha dicho mantenerse en medio de dificultades por su
carácter comercial.
A quienes no viven de comunicar noticias e
información de interés general, desde nuestro concepto no pueden llamárseles
periodistas, pues este oficio es al mismo tiempo un estilo de vida; es a aquel
que trabaja la madera al que se le llama carpintero o ebanista, es a aquel que
trabaja la costura al que se le llama modista o diseñador, al que arregla los
motores mecánico, al que envía flores en cajas de un lugar a otro se le llama
embalador y/o mensajero, al que reparte pizzas o cualquier otra comida se le
llama domiciliario y lo común de todo lo anteriormente nombrado con el
periodismo es que son “oficios”.
Sin embargo, por la importancia que reviste
tratar con la información, el periodismo es un oficio que se ha
profesionalizado pero que por ser oficio no cuenta con el requisito de un
registro que se verifique mediante una tarjeta, pero de todas maneras el título
un periodista puede obtenerlo, ya sea estudiando cinco años en una Universidad,
u homologando sus años de experiencia en medios y su reconocimiento a través de
una universidad que da el diploma o una Asociación que entrega además una
credencial; eso le da la garantía a la audiencia de que quien le informa es
reconocido por el gremio el cual, aunque no se pisa las mangueras, si se auto
ejerce hacia dentro muchas veces el llamado a la ética, que incluso puede
resultar en fuertes discusiones por diferencias irreconciliables.
LO IDEAL Y LO REAL
Y dentro de la responsabilidad que se debe
tener con la audiencia, los medios de comunicación en general han tenido que
lidiar Administración tras Administración, con una Jefatura de Prensa tras
otra, por el constante irrespeto a los artículos 20, 23, 73 y 74 de la
Constitución Política de 1991, en los cuales se fundamenta todo periodista para
ejercer su labor.
Y esa lidia con las Administraciones se ha
basado en que no hay plata cuando “se da palo”, que es como llaman quienes
ostentan el poder político en sus tres ramas públicas, cuando los medios de
comunicación dan a conocer las necesidades de las comunidades, las
problemáticas en ciertos temas y las deficiencias administrativas junto a las
contradicciones del discurso y las acciones.
Y cada alcalde tiene su estilo y acá ese no
es el tema, pues es decisión de cada alcalde cómo quiere pasar a la historia, pues
que salgan cosas buenas de un gobierno no es una mera cuestión de pauta, sino
de acciones administrativas eficientes, efectivas y eficaces ante las
necesidades crecientes de la población, que va un paso adelante del Estado,
pues muchas veces es luego de luchas ciudadanas que se promulgan leyes.
Lo ideal para cualquier gobierno, y cada
líder político, es que salgan cosas buenas de su gestión por los medios de
comunicación, así no inviertan en rendición de cuentas permanente a través de
los mismos. Lo ideal para la población es que se cumplan sus expectativas
frente a lo prometido.
Y lo ideal para los medios de comunicación es
que los gobiernos se sirvan para mostrar su gestión por medio de contratos,
pero que den respuesta a las quejas que la gente eleva a través de nosotros
luego de no ver atención de la Administración.
La realidad es que la entrada más fuerte de
los medios de comunicación es lo que invierte la Alcaldía en plan de medios,
pues los comerciantes sólo se apoyan en los medios generalmente para poner
quejas pero no para promocionar sus actividades comerciales y los empresarios,
que son pocos, igual.
A medios débiles, mayor probabilidad de que
existan menos medios y de que una dictadura de la información se haga latente y
las necesidades de las comunidades se acallen y solo puedan salir por las
denuncias ciudadanas de los noticieros nacionales, cuando gracias a los medios
locales se han logrado soluciones.
La otra realidad es que los medios en el
mundo ya no están dependiendo ni de los políticos, ni de los gobiernos, ni de
los comerciantes o empresarios, ni de la publicidad de Google. Están
sobreviviendo gracias a su audiencia. En Estados Unidos cuesta un dólar leer un
artículo del The New York Times, mientras que en Colombia Semana, El Espectador
y El Tiempo tienen otras metodologías como la suscripción mensual,
principalmente. Noticias Uno, el mejor noticiero del país, reúne dinero por
internet y lo mismo hace el portal Los Danieles.
EL PLUS PARA BLINDAR LA INDEPENDENCIA
Lo anterior garantiza la independencia si se
habla de que los medios ocultan lo que afecta los intereses de los pautantes. Y
de esto puede verse como ejemplo el caso por el que noticias Uno acudió a sus
televidentes, dado que uno de los patrocinadores más robustos como el Grupo
Aval de la familia Sarmiento dejó de pautarle por revelar la información de
Odebretch –su socia en la Ruta del Sol–, que sería a la postre el escándalo
suramericano del siglo.
El grupo Aval no retiró la publicidad de
otros medios, pero luego de que Noticias Uno publicara la noticia con Jorge
Pizano, ningún medio pudo hacer caso omiso al “noticiononón” que hasta hoy
ocupa espacios en las diversas plataformas mediáticas. Se castigó al
responsable que tuvo la primicia, pero no es tan cierto que la publicidad
obliga a callar.
De todas formas “es mejor la seguridad que la
Policía”, y teniendo el deber con la audiencia ante su financiación, no pueden
menos que temblar los poderosos, los corruptos y los tramposos, dado que con el
apoyo ciudadano el periodismo será mucho más riguroso pues ahora la audiencia
será igual a dinero y la audiencia cada vez es más exigente.
No quiere decir entonces lo anterior que si
los medios sólo siguen dependiendo de la publicidad, así como de las
rendiciones permanentes de cuentas y campañas de cultura ciudadana, entonces la
información no será equilibrada, como debe seguir siéndolo. Lo que se quiere
denotar es que si bien los medios han luchado por mantener su independencia, la
financiación ciudadana la garantiza plena e indestructiblemente.
En sus inicios, la ventaja que tenía el
internet frente a la prensa escrita es que el periódico había que comprarlo
diariamente, mientras que el internet se paga mensual y se accedía libremente a
todos los contenidos de cualquier revista o periódico. Luego, cuando la
capacidad de transmisión de datos fue subiendo, se grababan los programas de
radio y televisión, las canciones y videos, y se subían a Youtube para verlos
en cualquier momento y ya no tener que ponerse cita.
Y todo por una tarifa mensual de internet,
pero las cosas cambian y los medios deben tener la vocación de adaptarse para
seguir ejerciendo su actividad con independencia, con rigor y equilibrio. La
audiencia debe comprenderlo, asimilarlo y aprovecharlo para que, así las cosas,
los gobiernos y los políticos nada puedan hacer para ocultar las fallas y, así
como los comerciantes, de una u otra forma, tendrán que pagar y respetar la
independencia.
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