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Foto: Mutantes.tv |
Ya han pasado más cuatro fines de semana desde que la
administración de Facatativá pudo por fin hacerle cerrar a los denominados “Clubes
Sociales” de la zona de rumba, a la 1 a.m. Desde entonces, tres personajes han
iniciado un incesante lobby por lograr que les permitan abrir hasta las 4 a.m.
A inicios del pasado mes de febrero el entonces alcalde
(e) Néstor Cifuentes, firmó el decreto 034 de 2017 por el cual se establece el
horario de funcionamiento para algunas actividades económicas y clubes sociales
en el municipio de Facatativá.
Este decreto reforzó el firmado por el alcalde Malo
García un año antes y que no pudo hacer cumplir, dado que como informó el
entonces secretario de Gobierno del departamento, Buenaventura León, ellos como
autoridades no tenían los suficientes dientes ni herramientas jurídicas para
controlar, específicamente, las actividades de los Clubes Sociales, dado que
como agregó el mismo León León, habían “muchas quejas donde menores de edad
ingresan; inclusive de prostitución, de trata de personas”, más que todo en
Sabana Occidente. Y en relación a esto el ‘club’ Rokas fue sellado porque fueron
encontraron menores de edad adentro.
En Facatativá, no era una sola la zona en donde por culpa
de la falta de cultura del trago de algunos de los asistentes a establecimientos
de comercio y clubes se generaban riñas, pero sin dudas la denominada “Zona T”
era uno de los principales focos de falta de convivencia, y así pudo
evidenciarlo el portal Rodrigoavilatv.com en varias ocasiones de las cuales las
primeras datan del 11 de enero, el 11 de junio, el 20 de julio de 2015.
RAZONES PARA EL CAMBIO DE HORARIO
Debido a los constantes hechos de falta de convivencia, que a la postre generaron inseguridad en el sector, aunado a la incomodidad causada a los residentes de la Urbanización Los Robles, el alcalde Malo García decidió poner cartas sobre el asunto y luego de firmar el decreto el año pasado, se reunió con los dueños de los establecimientos ubicados sobre la carrera segunda entre calles 13 y 14A.
Debido a los constantes hechos de falta de convivencia, que a la postre generaron inseguridad en el sector, aunado a la incomodidad causada a los residentes de la Urbanización Los Robles, el alcalde Malo García decidió poner cartas sobre el asunto y luego de firmar el decreto el año pasado, se reunió con los dueños de los establecimientos ubicados sobre la carrera segunda entre calles 13 y 14A.
En la reunión, en la que estuvo El Observador Siglo XXI,
no estuvo ningún representante de los bares de Cartagenita ni la zona rural, ni
otros “clubes sociales” como los de la carrera primera y la calle 15, a
excepción del señor William Díaz, hijo de la representante legal de la “Corporación
Club Social La Celestina de Interés General”, Lilia Espinosa de Díaz, -pero
quien dice ser el dueño-.
En dicha reunión se habían pactado algunos compromisos
que no fueron cumplidos por los asistentes a la reunión, tanto que ellos
siguieron funcionando como si no hubiera decreto, apoyándose en los artículos
del antiguo Código de Policía.
Pero este año, con la entrada en vigencia del nuevo
Código, sus argumentos basados en los artículos 72 al 74 del decreto 1355 de
1970, se fueron automáticamente al suelo. La Ley 1801 por su parte, estableció
en sus artículos 86 y 87 el control a estos establecimientos, dado que sus
actividades trascienden a lo público como en el caso de las riñas que empiezan
en estos ‘clubes’ y terminan en la calle.
Por su parte en la vereda de Tierra Grata, se presentaba
la misma situación con los horarios y las riñas, y así mismo en esto último en
Cartagenita y Manablanca.
Pero a pesar de que el decreto 034/17 le dio mejor trato
a los ‘clubes’ de la Zona T, que a los establecimientos de Manablanca y
Cartagenita y al mismo ‘Club La Celestina’ ubicado en la vereda Pueblo Viejo –que
deben cerrar a las 11-, los señores Oscar Peña del Restaurante Santo Remedio Pal´Hambre
–que antes de estar en Zona T, se ubicó en la carrera 5 nro 13-78, Los Laureles
y cuyo representante legal es Gabriel Baron Muñoz-, Samuel Escobar de la Corporación
Club Social y Deportivo Plan B –cuya representante legal es Blanca Monica Sarmiento
Orjuela-, y el señor Pachón, que tiene una licorera a la entrada de A&E’s,
empezaron a buscar las alternativas para seguir con el horario anterior.
UN LOBBY FALLIDO
Fue así como se reunieron hace cerca de dos semanas con el representante a la Cámara por el partido liberal, Oscar Sánchez León, para que él les colaborara en esa situación. El encuentro se produjo entre el político y los representantes del todos los clubes del sector -al que llegó por sorpresa el señor William Díaz-, y el cual se llevó en el salón comunal de una de las etapas del Conjunto Tierra Linda, en donde vive el señor Peña, quien aprovechó que fue compañero de colegio de Sánchez para llamarlo y solicitarle llegara al encuentro.
Fue así como se reunieron hace cerca de dos semanas con el representante a la Cámara por el partido liberal, Oscar Sánchez León, para que él les colaborara en esa situación. El encuentro se produjo entre el político y los representantes del todos los clubes del sector -al que llegó por sorpresa el señor William Díaz-, y el cual se llevó en el salón comunal de una de las etapas del Conjunto Tierra Linda, en donde vive el señor Peña, quien aprovechó que fue compañero de colegio de Sánchez para llamarlo y solicitarle llegara al encuentro.
Pero se llevaron una gran sorpresa cuando el
representante liberal les dijo que no podía hacer nada, más que ser un
mandadero que le hiciera llegar el mensaje a Malo para que éste último los
recibiera, cosa que no quería hacer, pero que reconsideró dada la gestión
parlamentaria que ganaron los privados.
Sin embargo, los representantes de los clubes sociales
llegaron a reunirse con el alcalde sin saber que fue por iniciativa del
secretario de Gobierno, Diego Zuleta, que se incluyeron los artículos 86 y 87
en el nuevo Código de Policía, luego de que el representante Sánchez presentara
la ponencia, ponencia que le mostró a El Observador Siglo XXI al realizarle una
visita a su propia oficina del edificio nuevo del Congreso.
Ya recién llegado el alcalde de sus vacaciones, se reunió
con estos señores que sin ningún formalismo, ni ningún poder, se auto nombraron
frente a Malo García voceros de los clubes, y le pidieron que reconsiderara el
decreto porque se estaban yendo a pérdidas, premisa que sorprendió al alcalde
Malo García, pues los Clubes Sociales –por ser Entidades Sin Ánimo de Lucro (ESALES)-
no tienen ganancias, sino utilidades que deben ser reinvertidas en el mismo
Club y los representantes y asociados no pueden percibir ganancias, tanto así
que según lo dice el decreto 1590 de 1990, en el literal i) de su artículo 3, los estatutos de las ESALES deben contener las
disposiciones sobre disolución, liquidación y destinación del remanente de los
bienes a una institución de utilidad común o carente del ánimo de lucro que
persiga fines similares.
Sin embargo el burgomaestre les hizo ver su preocupación
por el caos que se genera allí y por lo mismo les dijo que hasta que no viera
una mejoría en el sector en cuanto a la seguridad y la convivencia, no
ampliaría horarios. El alcalde exigió reducción de riñas y seguridad para la
gente.
Los autodenominados representantes de los ‘clubes’ se
comprometieron con el alcalde a generar un proyecto que cumpliera con las
expectativas que tiene Malo sobre este sector de Facatativá.
No obstante Malo quedó con la duda de si efectivamente
serían Pachón, Escobar y Peña, los legítimos representantes de los clubes, pues
según contó él, no ha delegado a nadie como representante de estas personas
jurídicas, pues es algo que deben acordar ellos.
En Facatativá lo que se quiere es organizar la rumba, y en
la perspectiva personal que expuso el alcalde a este medio de comunicación,
estos clubes no deberían tener horario, pero la cuestión del servicio hace que
eso sea así, pues según agregó, la Zona T da vergüenza.
En atención a lo anterior, de la manera más diligente los
señores de los clubes se reunieron con el abogado Alejandro Duque García –hermano
del colega director de mutantes.tv-, y quien ha asesorado la constitución de
ESALES de otro tipo, para conocer la propuesta que llevaría al despacho del
alcalde el señor Peña, el pasado viernes. Alejandroi Duque, en comunicación con El Observador Siglo XXI, sostuvo que los detalles del proyecto son de reserva hasta tanto no haya aprobación, pero se comprometio compartirlo.
Peña llegó convencido que con proyecto en mano el alcalde
accedería a ampliar el horario, pero se llevó una gran desilusión. “No está ni
tibio si cree que por traerme eso, yo voy a ampliar los horarios. Yo a ustedes
los busqué el año pasado para generar acuerdos ciudadanos, el balón lo tengo yo
y lo conozco, lo quise compartir con ustedes, les tendí la mano y ustedes se
burlaron de mí”, le expresó Pablo Malo a Óscar Peña.
Por lo mismo es que al ser abordado por este medio de comunicación a la salida de la Cámara de Comercio de Facatativá, finalizada la
visita del vicepresidente Vargas Lleras, el alcalde sostuvo que para que se amplíen
los horarios en ese sector se necesita llevarse a cabo un estudio, que tomaría
meses.
Días después de reunirse con Pachón, Escobar y Peña, el
mandatario vivió una situación diferente con los comerciantes de Cartagenita -que
contrario a los Clubes aportan a la ciudad con sus impuestos de industria, comercio,
avisos y tableros-, los cuales no le pidieron ampliar el horario de cierre sino
que, en contraste, se autorizara la apertura de sus negocios desde más temprano
o en su defecto la venta de licor. Valga la pena aclarar que en Cartagenita no
hay clubes sociales.
¿PROBLEMAS POR EL NUEVO HORARIO?
Las riñas, los atracos, la inseguridad, el desorden y el caos reinan hace años en esta zona que hasta jaladores de la rumba tiene, al mejor estilo de los vendedores de ropa y zapatos de San Victorino en Bogotá. Vendedores informales sin control sanitario de los productos que venden, consumidores de bazuco, prostitución, expendedores de drogas, entre otros fenómenos ya se presentaban en este sector desde hace mucho tiempo, por los que el alcalde siente vergüenza de la Zona T.
Las riñas, los atracos, la inseguridad, el desorden y el caos reinan hace años en esta zona que hasta jaladores de la rumba tiene, al mejor estilo de los vendedores de ropa y zapatos de San Victorino en Bogotá. Vendedores informales sin control sanitario de los productos que venden, consumidores de bazuco, prostitución, expendedores de drogas, entre otros fenómenos ya se presentaban en este sector desde hace mucho tiempo, por los que el alcalde siente vergüenza de la Zona T.
En cuanto a los taxistas, cuya mayoría cobra $5000 por un
servicio cuando el valor es menor, finalmente deben responder por su pasajero,
al cual escogen y a veces maltratan, lo que no pasa con el transportador pirata
- del cual la policía de tránsito debería estar más pendiente-, que recoge a
cualquiera, pero que puede ser atracado por un supuesto cliente, al igual que pasa
con el cliente que puede que se suba a un carro que no tenga como objetivo
prestar servicio de transporte sino hacer alguna maldad. Es cosa de riesgos tanto
de quien ofrece el servicio, como de quien lo solicita, pero al igual que con
Uber, por algo será que hay gente que prefiere a los piratas.
De tal manera que sin el cambio de actitud de estos
señores -principal situación que desencadenó el resto de fenómenos-, es poco probable que la rumba vuelva a su horario anterior y al
contrario tengan que cerrar sus puertas, en donde el más damnificado podría ser
el señor Pachón que invirtió en un millonario leasing con una entidad bancaría
para poder construir los locales de la Zona T, y el cual podría perder gracias
a la prepotencia del señor Peña y a un posible doble jugada que pueda estar
planeando el señor Escobar, dado que cambia muy rápido de opinión.
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