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Procuraduría vigila alertas amarilla y naranja en Cundinamarca por temporada invernal


Mediante el memorando 025 del 23 de noviembre del presente año, la Procuraduría General de la Nación le solicitó a los procuradores judiciales ambientales y agrarios hacer seguimiento a las actuaciones desplegadas por los alcaldes y gobernadores del país para el cumplimiento de las recomendaciones hechas en forma preventiva para la mitigación de los efectos de la temporada de lluvias.

El Ministerio Público ya había hecho un llamado este año. Mediante oficio número 593 de abril de la presente anualidad, solicitó a las autoridades administrativas y ambientales de Colombia adoptar las medidas necesarias para afrontar sin mayores consecuencias las posibles olas invernales en el territorio nacional.

De igual forma, mediante circular emitida recientemente por el Ministerio Público, se instó a los gobernadores, alcaldes, corporaciones autónomas regionales, Unidad Nacional y concejos municipales para la Gestión del Riesgo de Desastres, a continuar implementando las medidas de prevención, atención y recuperación de desastres, así como el manejo de emergencias y reducción de riesgos que puedan ocasionarse con la llegada de la segunda temporada de lluvias prevista para los últimos meses del presente año.

MECANISMOS ACTIVADOS POR LA GOBERNACIÓN
A lo anterior y como consecuencia de las fuertes precipitaciones en los últimos días en gran parte del territorio cundinamarqués, la Gobernación de Cundinamarca, a través del Comité Departamental de Gestión del Riesgo, ha decidido emitir la alerta amarilla para la cuenca media del río Bogotá y alerta naranja para los municipios de la cuenca baja.



Dichas alertas generan de inmediato la necesidad de activar los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo y los protocolos para el monitoreo, alarmas locales, evacuación y demás acciones según sus planes de contingencia en la ribera del río Bogotá y afluentes.
YA SE HAN PRESENTADO EMERGENCIAS
En los últimos dias han sido reportadas varias emergencias por desbordamientos en el territorio, una en el Municipio de Apulo que fue controlada en pocas horas. Obras de adecuación hidráulica adelantadas por la CAR Cundinamarca sobre el río Apulo, suprimieron los riesgos por inundaciones en el sector del barrio Gaitán, sector tradicionalmente expuesto a desastres por inundaciones y desbordamientos de este afluente que vierte sus aguas al río Bogotá.

Por su parte se registró otra emergencia en las veredas Morro Azul, Puvenza, Acuata de Tocaima  y en algunos barrios céntricos del municipio. Adicional, se reportó la pérdida de la banca en la carretera que comunica a los municipios de San Francisco y Supatá a la altura de ‘La Campiña’, lo cual generó el cierre total de la vía. Ante esto el día sábado, en comunicación con los alcaldes de estos dos municipios, la Gobernación estableció un plan de contingencia para atender un tramo de vía de aproximadamente 40 metros que sufrió falla en la estructura de pavimento por saturación del terreno, debido a lluvias.

En la visita que realizó hace cuatro días el equipo técnico de emergencias del ICCU, se estableció que es necesario solicitar permisos con los propietarios de predios aledaños a la vía, debido a que se debe hacer remoción de material saturado y relleno con material seleccionado, lo que permitirá restablecer el paso por este corredor en pocos días.


Asimismo, Empresas Públicas de Cundinamarca atiende situaciones de desabastecimiento de agua con motobombas en Fúquene y carrotanques en Madrid, y emergencias con equipos de succión (Vactor) en Guataquí, Facatativá, Anolaima, Granada, El Colegio, Viotá, Albán, Simijaca y Villapinzón.

Los municipios que presentan desabastecimiento parcial de agua son Anolaima, Cáqueza, Chaguaní, El Rosal Guataquí, Guayabal de Síquima, La Mesa, Pulí, Ricaurte, Soacha, Subachoque, Tocaima, Vargara, Vianí y San Juan de Rioseco.

De acuerdo con el informe de las autoridades departamentales de gestión atención del riesgo, de los organismos de socorro y del Ideam, Cundinamarca presenta alerta roja (amenaza alta) por deslizamientos de tierras en áreas inestables en los municipios de Apulo y La Mesa.

Se mantiene alerta naranja, también por posibles deslizamientos de tierra, en La Calera, El Colegio, Guayabetal, Medina, San Antonio del Tequendama, San Francisco, Supatá, Soacha y Villapinzón.


El Consejo Departamental de Riesgos monitorea especialmente Apulo, La Mesa, Villeta, Guayabal de Síquima y La Vega, dado que según los pronósticos del Ideam, se encuentran en amenaza alta por posibles deslizamientos, mientras que se encuentran con amenaza moderada Supatá y La Calera, también por movimientos de tierra.

EL NIVEL DEL RÍO BOGOTÁ
Los reportes más recientes de los niveles del río Bogotá arrojan unos resultados de caudal en las compuertas de Alicachín, al sur de la Capital, de 117 metros cúbicos por segundo (mt3/seg). El ingeniero Aníbal Acosta Pulido, Director del fondo para las inversiones ambientales de la cuenca del río Bogotá FIAB de la CAR, recordó que “durante el período de afectación del pasado fenómeno La Niña, años 2010 – 2011, la capacidad del río Bogotá era de apenas 100 mt3/seg, lo cual sugiere que gracias a las obras de adecuación hidráulica, adelantadas por la CAR en 52 kilómetros de la cuenca media, las comunidades de Fontibón, Engativá y Suba, pueden estar tranquilos, ya que en la actualidad el río cuenta con una capacidad hidráulica de 200 mt3/seg disminuyendo ostensiblemente el riesgo por inundaciones, así mismo como los municipios de Mosquera y Funza en Cundinamarca”.

En el momento el río Bogotá está tributando al Magdalena alrededor de 150 mt3/seg.

EL CASO DEL RÍO FRÍO EN CHÍA
Respecto al municipio de Chía, el río Frío, afluente que causó graves inundaciones por desbordamiento de sus aguas en el pasado fenómeno La Niña, reporta total normalidad y aunque hay un incremento en el nivel de su caudal, este no representa ningún riesgo prominente sobre las fincas y conjuntos residenciales de la zona gracias a las obras de adecuación hidráulica que la CAR Cundinamarca adelantó también en esa fuente hídrica.
Manuel González, Director Operativo y de Infraestructura de la CAR Cundinamarca, aseguró que “la CAR cuenta con un banco de maquinaria, propiedad de la entidad, dispuesta 24 horas a la atención de las necesidades de las comunidades, recursos humanos y técnicos que se disponen con celeridad a la protección de la vida y los bienes de los ciudadanos asentados en el territorio de la jurisdicción”.

RECOMENDACIONES
•Cualquier evento anómalo debe ser reportado a los comités de gestión del riesgo local, al 123, la Policía Nacional y alcaldías municipales.

•Mantenerse alerta ante los comunicados de las autoridades locales de riesgo y avisar a los mismos cualquier incremento o variación inusual de los niveles de las fuentes hídricas.

• Contribuir con el monitoreo de los cauces ayudando a identificar posibles represamientos que puedan desencadenar incrementos súbitos o arrastre de sedimentos, solidos o material vegetal.

•Respetar las zonas de amortiguación de los ríos así como sus rondas hidráulicas o zonas de protección ambiental evitando asentamientos en ellas ya que estos se encuentran prohibidos dentro del régimen de uso de suelo de las mismas y ponen en riesgo la vida y bienes.

•No arrojar basuras ni residuos sólidos en general a las fuentes hídricas, así como tampoco alterar el cauce natural con desviaciones, captaciones no autorizadas u obstrucciones.

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